Identificado como Damián Oswaldo Gómez Candanosa, tiene asignadas siete plazas de maestro en Tamaulipas, además de otras por las que cobra en Nuevo León.
Con el don de la ubicuidad, chambea “al mismo tiempo” en las dos entidades y cobra muy bien.
Mientras tanto Odilia Almazán Aguilar es poseedora de diez plazas del magisterio, pero está comisionada en la Secretaría General de Gobierno.
Leticia Acosta Villarreal tiene dos plazas, aunque es comisionada en el DIF Tamaulipas, lo mismo que María de Lourdes García Galván, Juan Carlos Morales y muchos más.
Por su parte Carolina Isabel Garza Mansilla goza de tres plazas en la SET, pero su chamba está en la Secretaría de Obras Públicas del gobierno.
A Cristóbal Juárez Martínez no le va mal pues cobra en la SET más de 17 mil pesos mensuales y está “comisionado” en el Colegio de San Juan, en Matamoros, donde por supuesto tiene otra plaza.
María Paula Villasana Rojas también se sacó la lotería pues cobra en la SET y trabaja en la Procuraduría de Justicia.
Así hay cientos de “comisionados” del sector educativo en dependencias del gobierno, que es lo que tiene indignado al señor secretario, Diódoro Guerra Rodríguez.
Sin embargo, pese a que tiene la información y el mando, parece que al doctor se le está yendo el toro…Y el tiempo.
Si los pronósticos resultan como va, allá por febrero o marzo presentará renuncia para ir de candidato a diputado federal, y los sueños de sanear la Secretaría de Educación se irán al pozo.
En apariencia lo tomó por los cuernos, pero se le fue. El SNTE salió más respondón de lo que pensó.
Hay comisionados a otras dependencias que “el hombre” no puede meter en cintura, hacerlos que vuelvan al gis.
Porque aparte está los enviados a la sección 30, que suman en total 223 y conjuntan un total de 517 plazas cuyos titulares bien podrían estar frente a grupo.
De esos comisionados, el mayor número de plazas lo tiene Ma. Teresa Medina Marroquín, con once, cuando su espacio bien podría ser ocupado por otras diez personas solicitantes de chamba.
Es el lado negro de la sección 30 del SNTE, según los datos enviados por la contraloría de la SEP a la Cámara de Diputados, actualizados a julio del presente.
Los meros jefes, hasta eso, cobran poco.
El que más se lleva es Domingo Reyna Rodríguez, con una cuenta de 250 mil pesillos por año, que vienen siendo 25 mil por mes.
La información dice que el mero jefe, Arnulfo Rodríguez Treviño, apenas se embuchaca 130 mil de una pinchurrienta plaza.
Pero el que sí tiene “mucho futuro” es Israel Rodríguez Urvina (así lo escribe él) que cobra 145 mil en cinco plazas.
Carlos Aguilar Monita aterriza con 95 mil del águila; Rafael Méndez Salas 70 mil, Ulises Ruiz Pérez 110 mil tepalcates e Isabel Rodríguez Anaya 88 mil.
Pero, sin son plazas federales ¿quién es el que paga esa lanita? ¡Le atinó usted! el gobierno del estado.
Doña Fede viene, audita, y le cobra a Finanzas las “distracciones”, más los intereses.
Datos de la Auditoría Superior de la Federación indican que en el 2009 se pagaron indebidamente con recursos federales a 214 comisionados a la sección 30 y al CEN por una cifra de 58 melones de pesillos.
Eso, más 13 millones de los comisionados a otras dependencias, como el DIF, aunado a los intereses, tuvo que ser devuelto por el gobierno del estado para evitar sanciones y cárcel.
En el 2008 el gobierno del estado tuvo que devolver 99.5 millones de pesos a Doña Fede por otras cosas, entre ellas (el 60 por ciento) que se contrató y se pagó a profes que no tienen el perfil (veterinarios, médicos, ingenieros, hijos de funcionarios que laboran en el sistema y a los que se les obsequiaron plazas).
Durante el ejercicio 2007, el gobierno estatal devolvió 230 millones de pesillos que malamente se embolsaron los profes.
La federación no pierde, ni los intereses que esa lana debió haber ganado.
Seguramente es lo que el hombre de Miguel Alemán ha soñado: Que esa lana se puede ocupar en otros menesteres y no en panzas aventureras.
El tiempo se le va a este elemento bien intencionado. Quiso recomponer las cosas pero se lo trabaron los leones.
Ya tendremos los resultados de auditoría del ejercicio 2011, y veremos en qué medida cumplió Guerra con su sueño.
Otra cosa son aquellos trabajadores de la educción que gozan de licencia.
Se supone que no deben cobrar en la nómina de la SET los alcalde, síndicos, regidores y diputados. Pero es algo que no se cumple, porque en la lista no aparece Aurelio Uvalle Gallardo, legislador del PANAL.
En cambio, sí cumple con la Ley Juana Alvarez Moncada, también legisladora.
Otro asunto son los fallecidos, o los renunciados, que merece tema aparte. Los auditores han encontrado que funcionarios de la Secretaría de embolsan melones de pesos de los cheques de los muertitos ¿y quién cree usted que paga? ¡Le atinó! El gobierno estatal.
Caso concreto que se menciona, es el de Apolinar Ferrer Meléndez, con clave 28FMP0026N, quien está “comisionado” en el sindicato pero falleció a comienzos del presente año.
Otra realidad es que hay decenas de personas que siguen cobrando con el argumento de que están comisionados en la sección 30, pero no se paran ni en el aula ni en el sindicato ¿los nombres? Los debe tener el doctor en su escritorio.
Y están los ex secretarios generales de la 30 ¿ya se jubilaron? De ninguna manera.
Por ahí debería continuar el doctor su labor profiláctica.
El hombre es bien intencionado pero …
Mejor nos vamos.