ACERCA DEL AUMENTO DE LA DEUDA EN E.U.
Humberto Gutiérrez Páez
Recogí comentarios de aquí y de allá, los que me parecieron comentarles en mi colaboración de este día, es de oportunidad comentarle que fue lo que paso tras el telón y los comentarios de analistas de este fenómeno.
De ninguna manera es mi apreciación, ya que no estoy calificado.
Aquí vamos:
Estados Unidos se alejó el martes del precipicio de una cesación de pagos, pero el paquete de recortes del déficit aprobado en último momento por el Congreso no logró alejar los temores de una rebaja de calificación y contiendas por futuros impuestos y gastos.
Es cuestión de tiempo dicen los analistas financieros.
El presidente Barack Obama y los legisladores de los partidos políticos sintieron alivio tras el compromiso alcanzado para elevar el tope del endeudamiento después de semanas de agrias discusiones partidistas.
Sin embargo, las acciones estadounidenses cayeron con fuerza, al intensificarse el temor entre los inversionistas por la persistente incertidumbre económica y la posible rebaja de la máxima calificación de la deuda de Estados Unidos.
Los acuerdos no se alcanzaron por unanimidad, un sentimiento que late con fuerza es quien tiene la razón, los que aprobaron o los que no.
Solamente hay dos partidos.
Quien pierde? Es otra voz que se oye y es pregunta que se hacen los estudiosos de los fenómenos políticos.
Ese riesgo aumentó cuando una de las tres más grandes agencias de calificación dijo que afirmaba la nota «Aaa» de Estados Unidos, pero le asignaba un panorama negativo.
Eso elevaría los costos de endeudamiento para consumidores y empresas de Estados Unidos y deprimiría aún más a la débil economía.
Y si eso sucede México la pasaría muy mal, se pondría a prueba la solidez de nuestra economía.
El Senado aprobó por 74 votos a favor y 26 en contra un plan de reducción del déficit en 2,1 billones de dólares que disipó el fantasma de una moratoria de Estados Unidos. El proyecto de ley fue aprobado el lunes por la Cámara de Representantes controlada por los republicanos.
El líder de los Republicanos no convenció a todos, hubo algunos que se negaron a votar en bloque.
El presidente Obama firmó inmediatamente el proyecto de ley que eleva el techo de la deuda del país de 14,3 billones de dólares sólo pocas horas antes de que el Gobierno se quedara sin dinero para pagar todas sus deudas.
La amarga disputa entre demócratas y republicanos ha golpeado a Obama, quien se encamina a la campaña para ganar la reelección en el 2012.
El plan de reducción del déficit de 2,1 billones de dólares queda corto ante el «gran pacto» por 4 billones de dólares que casi se acordó el mes pasado entre la Casa Blanca y los líderes del Congreso.
Otra agencia de calificaciones, Standard & Poor’s ha dicho que medidas para reducir el déficit en 4 billones de dólares serían necesarias para mostrar que Washington estaba colocando las finanzas en orden.
Standard & Poor’s dijo a mediados de julio que había una posibilidad de un 50 por ciento de que recorte la calificación del país en los próximos tres meses, en caso de que los legisladores no acuerden un plan para reducir el déficit de manera significativa. Los inversores están en vilo ante la posibilidad de una rebaja por parte de S&P.
El acuerdo deja las luchas políticas sobre el recorte de gastos y reforma tributaria para más adelante mientras se implementa el plan de reducción de déficit. Obama y los líderes republicanos y demócratas dijeron que el acuerdo, si bien es un buen primer paso, no es suficiente en sí mismo.
«Sólo lo patearon para más adelante .
RETROCEDE LA AMENAZA DE CAOS
El acuerdo puso fin -por el momento- a una amarga historia de conflicto político-partidista sobre la deuda y la estrategia para abordar el déficit que amenazó con desatar el caos en los mercados financieros globales y afectó la estatura de Estados Unidos como la mayor superpotencia económica del mundo.
La ley eleva el actual techo de la deuda lo suficiente para que se extienda más allá de las elecciones del 2012, exige recortes de gasto por 2,1 billones de dólares en 10 años y crea una comisión plural del Congreso para que recomiende un paquete de reducción del déficit a fines de noviembre de este año. No incluye ninguna alza tributaria.
Datos del martes mostraron que el gasto de los consumidores estadounidenses en junio cayó por primera vez en casi dos años y que los ingresos apenas subieron, en los más recientes de una serie de indicadores económicos sombríos.
Fitch Ratings no descartó colocar un panorama negativo a la nota «AAA» de Estados Unidos cuando concluya una revisión a fin de mes, dijo el máximo analista de Fitch para Estados Unidos el martes.
Obama dijo que los sacrificios necesarios para reducir el déficit deben ser compartidos, aparentemente apuntando a la molestia de muchos demócratas porque el acuerdo no incluyó alzas de impuestos y arriesga dañar los programas sociales.
Antes de garantizar que México está protegido de cualquier contagio externo, el Gobierno debe aplicar políticas públicas y reformas estructurales que permitan al país enfrentar mejor las posibles crisis que se presenten a escala mundial, aseguran economistas.
Y EN MEXICO COMO SE SINTIÓ
Este martes, los secretarios de Hacienda y de Economía, Ernesto Cordero y Bruno Ferrari, respectivamente, aseguraron que, si bien el país no es inmune a una caída del PIB de Estados Unidos, se cuenta con bases sólidas que ofrecen un blindaje ante situaciones desfavorables.
El secretario de Hacienda dijo que, si bien ninguna economía puede asegurar que está «a prueba de balas» ante crisis internacionales, en México «hemos avanzado mucho y hemos hecho la tarea».
El titular de las finanzas públicas del país afirmó que «la mejor manera de protegernos ante una desaceleración en Estados Unidos, sin ninguna duda, es que tengamos un mercado interno lo más dinámico posible, y en eso estamos trabajando, y en infraestructura, disponibilidad de crédito, desde luego, y es también generando la confianza para que se empiecen a dar situaciones de consumo y de inversión en nuestro país».
En tanto, el secretario de Economía, Bruno Ferrari, subrayó que las medidas asumidas para evitar un impacto severo a causa de la crisis financiera en 2009, «no sólo amortiguaron el golpe, sino que además generaron una serie de posibilidades que hacen que la economía de México sea fuerte y pujante».
Tras destacar que en México no hay ningún indicio de que se pueda generar una crisis económica interna como sucedió en el pasado, por debilidades estructurales de la economía, Cordero reiteró que la SHCP cuenta con un Plan B para enfrentar una desaceleración económica en EU y este ha sido diversificar exportaciones y fortalecer el mercado interno.
Hay poco espacio para el optimismo, advierte Erick Urtuzuástegui, economista en jefe de la consultoría Prognosis, ya que un lento crecimiento en Estados Unidos es suficiente para que México también muestre una lenta expansión.
Si bien los indicadores del mercado interno prometían un mejor desempeño, apenas están repuntando, el desempleo se mantiene alto, el mercado laboral muestra condiciones precarias y «si EU baja su potencial de crecimiento porque estará restringido por los recortes al gasto que tendrá que aplicar, México también lo hará».
«Si nos va bien este año creceremos 4% y si para el próximo año teníamos una tasa inercial de 3.5%, entonces creceremos a 3%, que será insuficiente para recuperar empleo, disminuir pobreza. Tal vez estemos lejos de un desastre, pero tampoco estamos de una senda de crecimiento fuerte, porque los políticos no hicieron la tarea cuando debían».
«Esa hipótesis existe desde antes de la crisis de Lehman Brothers, de que el mercado interno de México sería capaz de contrarrestar efectos externos, pero a la ahora del crecimiento, el que cuenta es el mercado externo».
Como determinante del crecimiento, el mercado interno aún tiene muchas limitantes y mientras no haya una dinámica laboral más robusta, es difícil hablar de un mercado interno fuerte.
La opción planteada por Hacienda ante crisis externas es válida, pero en los últimos 18 años ha sido muy deprimido el impulso al mercado interno, porque la atención de la política pública fue a desarrollar las alternativas en el mercado internacional.
«Es una buena opción desarrollar un mercado internacional, pero el precio ha sido este desapego de un conjunto de políticas que pudieran favorecer precisamente la solidez interna, y aún cuando el mercado interno sirve cuando en el ámbito mundial hay algún problema económico que reduce la demanda de los países, ahorita necesita de una atención para poder funcionar como esa alternativa».
Además, agregó, mientras en México no se solucione el tema del desempleo y, por esa vía, la pobreza, aunque el mercado interno pueda ser una opción, es muy pequeña y restringida, y difícilmente se podrá comparar con la dimensión del mercado internacional.
»No se tuvo el cuidado de mantener el desarrollo del mercado interno y ahora tenemos un mercado deprimido».
»Ciertamente, ninguna economía está blindada ni es inmune a crisis que vienen de fuera, pero más allá de apuntalar al mercado interno como una opción, hay que impulsarlo para que tenga ese propósito.»
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