Cd. Victoria, Tamaulipas.- La información dice que el “moche” no aparece todavía por el sector de obras públicas del gobierno. Pero claro, se espera que llegue para conveniencia de los contratistas y funcionarios.
Esta aparente honestidad ha traído problemas a los constructores por una sencilla razón: Tienen que concursar como la Ley y Dios mandan, reunir la papelería y hacer cotizaciones.
En consecuencia, esto ha traído un fenómeno un poco raro: Los costos de las obras se están reduciendo hasta en un 25 por ciento.
Extraño, pero el dato dice que así marchan las cosas, al menos en las todavía escasas obras que ha licitado e “invitado” la Secretaría de Obras Públicas.
Hay alrededor de mil constructores registrados en el padrón, que se han llevado 93 obras por medio de concurso.
En tanto, otras 20 se adjudicaron por “invitación” de funcionarios federales y estatales.
Esto último consiste en que no se concursa sino que se “invita” a determinado número de constructores (3) para que hagan sus proyectos, y debe seleccionarse el más ventajoso para el estado.
Una fuente de la SOP dice que estas obras, la mayor parte educativas, de drenaje y carreteras, deberán estar terminadas para el 18 de octubre, según las asignaciones.
Esto significa que estarán en uso para antes del 30 de octubre, fecha en que el Gobernador Egidio Torre Cantú deberá rendir su primero informe de labores ante el Congreso del Estado.
Antes, los constructores ni siquiera hacían cotizaciones.
De antemano se les daban las obras, pero también se les decía cual concurso deberían “perder” y firmar de conformidad.
El “moche” directo era del 15 por ciento (cambiaba según el sexenio) del costo de la obra, más las “piscachas” para los supervisores y algunos jefes de oficina.
Muy raro pero es cierto: Las cotizaciones se fueron para abajo ¿hasta cuándo permanecerán así?.
Según la relación de asignaciones de la SOP, en el escenario han aparecido muy diversas empresas constructoras que no había en el sexenio anterior.
Pero claro, ahí siguen las de siempre, las privilegiadas por largos años en el medio oficial, como la Constructora del Noreste, la llamada “Maravilla” y la Elyeiver que ya sabemos a quienes pertenecen.
Parece que en Victoria es donde menos obras ha programado el gobierno, o al menos de poca cuantía y aparente escasa utilidad pública.
Así por ejemplo, vemos que la secretaría le metió recursos a la Torre Bicentenario para instalar papel polarizado a los vidrios que dan al exterior, porque el sol molestaba la vista de los empleados.
Aparente inversión inútil, pero solucionó un problema grave.
Otra lana se fue en meterle aislantes acústicos a los muros del mismo edificio, que porque los empleados y funcionarios hablaban y sus voces rebotaban y no se les entendía.
Con la inversión, al menos ya se entienden y comunican los propios empleados de Obras Públicas.
En otro ejemplo, está la obra del Centro de Salud del ejido La Misión, que ya sale costando al menos un 25 por ciento abajo de las cotizaciones que se hicieron hasta diciembre del 2010.
También en Victoria se hace la reparación de los muros y azoteas del viejo edificio de la SET, por la calzada de Tamatán.
Siete contratos se refieren a la reconstrucción y mantenimiento de caminos estatales.
Ahí destaca la ampliación a diez carriles de un tramo de la autopista Reynosa-Río Bravo.
Hay obra, mucha más obra en municipios fronterizos como Reynosa y Matamoros (debe ser por el número de habitantes).
Y bueno, en eso de los “moches” el mismo jefe de obras, Manuel Rodríguez Morales, debe saber por donde podría entrar ese mal a la institución. Toda su carrera la ha realizado en la Secretaría de Comunicaciones y Transportes del gobierno federal.
Por eso nos dicen que debe tener los ojos muy abiertos en dos de las subsecretarías bajo su mando, que le pueden sacar canas.
La primera es la de Infraestructura Social que tiene tres regiones: Norte, centro y sur, desde donde se maneja ya la supervisión de obras. Ahí mismo está la dirección de estimaciones.
Otro “punto débil” es la Subsecretaría de Servicios Técnicos y Proyectos, donde la corrupción parece que entrará por el área de control de calidad.
Por supuesto que es ahí donde se manejan las licitaciones y contratos, una chamba bastante apetecida en todas las administraciones estatales.
Además, parece haber duplicidad de funciones con otra de las Subsecretarías, la de Infraestructura del Transporte, que también tiene supervisión y estimaciones.
Esto al menos si el señor Rodríguez quiere cumplir la instrucción del Gobernador de mantener alejada la corrupción del aparato de gobierno. Si no quiere, él sabe mucho de esos menesteres.
Antes de irnos, mire que el Gobernador Egidio Torre Cantú logró algo que no habían conseguido los últimos cuatro gobernadores: Que la federación se haga cargo de los reos del fuero federal presos en Tamaulipas.
El asunto fue planteado desde finales del gobierno de Américo Villarreal Guerra, luego que se dieron las terribles matazones de internos en los penales de Matamoros (Oliverio Chávez Araujo) y Victoria (Equiterio Gamboa).
Cavazos Lerma y Tomás Yarrington lucharon porque Doña Fede pagara al ciento por ciento la alimentación de los reos federales, pero no lo consiguieron.
Torre Cantú logró la separación de los reos federales y del fuero común, y el acuerdo se pondrá en marcha en un proceso debidamente programado.
No hay duda que hay que andarle un aplauso
Ahora sí nos vamos.