Ya cumplió sesenta años en el medio periodístico.
Jenaro Valero Pérez, mejor cocido como “El Chino Valero”, nació en Pánuco, Veracruz, el 19 de septiembre de 1929…
Pero ¿cómo llegó al medio periodístico?.
Comienza su historia, por demás interesante.
-En 1951 llegué a Matamoros y trabajé en publicidad con Camilo Fuentes en El Regional. Ahí conocí a Pepe Espinoza, Genaro García Castañeda y Manuel Montiel Govea. Yo vendía anuncios de publicidad.
Duró muy poco porque no había mercado para su publicidad, pero no dejó el oficio. Había olido ya la tinta.
-Y entonces dice Camilo: Te vas conmigo a Reynosa para fundar El Diario, donde trabajé como publicista… Se imprimía en Matamoros. Ibamos en la noche, en un carro, y regresábamos a las cuatro o cinco de la mañana para repartirlo. Un año estuve ahí.
En 1952 se fue para El Mañana de Reynosa con Salvador Martínez, como corrector de pruebas, donde permaneció aproximadamente otro año.
Por esos días renunció el corresponsal en la zona ribereña, -la Frontera Chica-, un señor Fernández, a lo que Roberto César, el director, le comenta a Jenaro.
-¿Por qué no vas a cubrirnos?
Era el mero 24 de febrero, Día de la Bandera.
Trasladarse a la Frontera Chica era toda una odisea, pues la carretera apenas era de terracería.
-El primer día llegué y me dice el jefe ¿qué traes? Y le contesto que una ceremonia del Día de la Bandera.
-Pues hazla! –le ordenó-.
Concluida la redacción, Valero estaba por ahí, a lo que le habló nuevamente el director.
-Qué bonita te salió la nota, déjamela!.
La metió en primera página, con sangría y a blancas y negras, y se la firmó.
-Ahí me quedé hasta 1957. Cubría desde Guerrero hasta Reynosa. Me tocó la época del Gobernador Horacio Terán.
EL ALCALDE DORMIA EN LA PRESIDENCIA
Dentro de las anécdotas vividas como periodista, Jenaro recuerda una de bastante interés aun en la época.
El alcalde de Camargo era Luis G. Olloqui (que después sería periodista en ciudad Victoria).
Pero Olloqui no era de ahí sino que llegó como delegado del PRI. El candidato era Benito Garza Barrera, pero (Luís) lo quitó a la brava y se quedó él como candidato.
-Fue una época muy buena de lucha política. El difunto Apolocio Falcón le echaba a Olloqui. Había dos grupos políticos en Camargo.
-¿Y nunca lo quitaron como alcalde?
-¡No´mbre!, él dormía en la presidencia municipal y tenía siempre una metralleta en las manos. Era un tipazo… muy simpático!.
Más tarde, renunció el corresponsal de El Mañana en Río Bravo, Raymundo Valle, y Valero recibe la invitación de los directores Heriberto Deandar y Salvador Martínez.
-¿Por qué no te vas a Río Bravo?
-Sí, como no, -les dije-, y me fuí y mi lugar lo ocupó entonces Pedro Ontiveros.
En Río estuvo hasta 1962 y le tocó la emancipación del municipio, por la que luchó también en San Miguel de Camargo.
-Luché bastante con Manuel Guajardo González, Ramiro Ibarra y otros, pero no se consiguió hacer municipio a Camargo, pero en Río Bravo sí me tocó el éxito.
Un día a las cinco de la mañana Don Santiago Salinas, que era uno de los principales promotores, fue a tocarle la puerta para decirle que al día siguiente llegaba un enviado de Treviño Zapata -el Gobernador- para dar la emancipación. Y tuvieron que festejar el triunfo ciudadano.
LO MANDAN A VICTORIA Y TOMA AGUA DE “LA PEÑITA”
Valero recuerda con precisión que llegó a ciudad Victoria el 29 de enero de 1963.
-Estaba de director de El Mañana Francisco Flamarique y me dice: ¿Por qué no te vas a cubrir el último informe de Treviño Zapata?
-Sí cómo no!. Y me dan 40 pesos para gastos, en moneda de cobre de 20 centavos.
Jenaro cubrió todos los eventos, pero el cinco de febrero un amigo suyo que venía en el equipo de colaboradores de Balboa le dio la lista de nuevos funcionarios y la publicó.
Le ganó la noticia a todos los demás periodistas, sobre todo de El Sol y El Mundo de Tampico, que eran los que más circulaban en ciudad Victoria.
-Me agarró Amado Treviño, jefe de prensa, y me pregunta ¿de dónde sacaste eso?
-Eso no se dice, es una cosa exclusiva.
-¿Y desde entonces te quedaste en Victoria?
-Vendía publicidad y me mandaban el periódico, tenía comisión sobre la venta. Me quedé definitivamente y luego me traje a mi familia.
Jenaro bebió agua de la Peñita y se quedó a vivir desde entonces en Victoria donde nacieron sus cinco hijos.
Aquí trabajó para la corresponsalía de Diario de México, Matutino de El Mante, El Diario de Nuevo Laredo y otros.
-Fui fundador de Pulso de Victoria con “Chón” Espinoza, que me ayudó mucho.
Por supuesto que no era la primera vez que estaba en la capital cueruda, pues hizo primero y segundo año en el internado de Tamatán.
-¿No terminaste?
Me enfermé y el director me corrió. Terminé en Tampico la prevocacional.
CUBRIO LA MATAZON DE “LA YERBABUENA”
A El Chino le tocó cubrir una de las noticias “más grandes” de la época: Los crímenes de La Yerbabuena, municipio de Villagrán.
Se fue para allá junto con su compadre Juvencio Gómez, el fotógrafo de prensa más famoso de Victoria.
El operativo policíaco estaba a cargo de Juan Piña, el despiadado comandante de los rurales, quien no los dejó entrar al lugar de los hechos.
Pero le dieron la cámara y les sacó unas gráficas extraordinarias, que Jenaro mandó a su periódico. Fue una exclusiva que alertó a la competencia.
-Y se vinieron de El Sol y El Mundo a pedirle las fotos a Juvencio. También se vino Rodolfo Reyes desde Nuevo Laredo, exclusivamente a hacer un reportaje.
Fueron muchas las noticias exclusivas que mandó para El Mañana de Reynosa, como corresponsal.
Una más fue la contaminación de chapopote en la laguna “Madre”, derramado por un barco.
-Nos fuimos a San Fernando, donde veías a los pelícanos y otros animales entre el chapopote … Siempre íbamos directamente al lugar de la noticia.
-¿Antes se hacía mejor periodismo?.
-No que se hiciera más, todo es bueno. Antes era la escasez de periódicos o de medios de comunicación. Era la lucha por ganar la de ocho columnas, aunque anduviéramos en grupo de reporteros.
Conozco al Chino. Fue gran amigo de mi padre, Javier Sandoval. Saludos. Muy buena la entrevista