De antemano sabemos que el Instituto Electoral de Tamaulipas es un instrumento de control de los partidos políticos (grandes y chicos) bajo la batuta del tricolor (ahora en el poder).
Pero no tanto porque sus funcionarios sean Supermanes de la persuasión o de la ingeniería electoral, sino por los ríos de lana, de dinero regalado que ahí se manejan a discre.
Todo está en permanecer calladitos, en cerrar el hocico, y habrá teta par todos.
La supervisión es un cuento de hadas que mejor debería denominarse De los Siete Ladrones (partidos registrados) para darle un mejor sabor al caldo.
Nos referimos a la presunta supervisión que hace la autoridad electoral, de los 70 melones de pesos anuales para gastos (2011), más los otros melones que salen para las campañas y lo que ahora se llama “actividades específicas”.
El Gobierno del Estado, a través del IETAM, le paga millones a una bola de rufianes que ya encontraron su modus vivendi sin despeinarse.
Este viernes sesionó el Consejo General del órgano electoral para aprobar los gastos ordinarios del 2009 ¿dos años después?, de las campañas 2009-2010, y los “específicos”.
Los consejeros –léase Jorge Luis Navarro Cantú y quien le gira instrucciones-, solo castigaron por malos manejos del recurso público a cuatro partidos, y no molestaron al PRI y sus socios (Verde y Panal).
El más “castigado” fue el Partido del Trabajo, con una sanción económica de poco mas de 200 mi pesillos.
Antes de la sesión el representante petista, Martín Sánchez, comenzó a vomitar pestes, diciendo a la prensa que por un “pelillo” de 500 varos –sin intención- les había metido la multa.
Pero cuando llegó el momento, todos mudos, como si les hubiera tragado la lengua los ratones. Ni pío dio el siempre alebrestado Rodrigo Monreal Briseño, el panista.
Se la tragaron pues la teta es más lechosa llevándola en paz.
Y es que, según las escasas hojas de las auditorías que han divulgado partidos como el PRD, aquello es un marranero.
Fuera de los priístas que son los que mandan, los demás “líderes” (seis partidos) están agarrados de “aquellos”.
Da pena pero así es.
Todos –partidos y consejeros- parecen estar coludidos y jalan el yugo en la misma dirección.
Tal vez por eso –por el marranero-, el señor Navarro Cantú suspendió difundir los acuerdos por los que se autorizan los gastos de los partidos en el 2009 y los de las campañas del 2010.
O bueno, a lo mejor le está dando una “rasuradita” a los datos que comprometen el armatoste que dirige y a los partidos.
En cambio, el joven contador y maratonista sí acordó difundir por ejemplo los informes de gastos de precampaña de los partidos y ¿qué cree usted? Da una risa de la patada por sus contenidos infantiles.
Por ejemplo, que Rodolfo Torre Cantú, como precandidato a la gubernatura, tenía un tope de precampaña de 18.5 millones de pesillos.
Pero él, 18 aspirantes a diputados y 41 a las alcaldías, apenas gastaron dos melones 242 mil del águila.
En ese tenor ¿Cuánto cree que gastó el doctor?.
El IETAM difunde que el galeno asesinado aportó 15 mil cien pesos “en especie”.
Pero no crea usted que repartió mangos o paletas a los tricolores a los que pedía el sufragio interno, no señor, es por concepto de “renta” de su camioneta suburban.
¿Usted le cree al PRI? ¿Usted le cree al IETAM? Definitivamente que yo no.
Parece que tratan de presentar al doctor como un codo.
Es lo que confirma el señor Navarro Cantú, cuando en otra parte del acuerdo estableció que otro precandidato, el panista José Julián Sacramento Garza, aportó él solito, en efectivo, la bonita suma de 721 mil pesillos.
Los documentos no dicen quienes, pero se menciona que la campaña de Torre Cantú recibió aportaciones económicas de particulares por dos millones 200 mil pesos, en efectivo.
En prensa, en las precampañas de gobernador, alcaldes y diputados, el PRI dijo haber gastado apenas 400 pesillos ¿usted les cree?.
Ah! pero usted se preguntará ¿quién los pagó? Pues fue el aspirante de Soto la Marina, ahora alcalde ¿a quién?…
Hay otro dato que llama la atención y se refiere a que el PRI, en la línea de “actividades específicas” gastó en una impresión llamada “Voz de libertad y justicia en el noreste de la patria 1810-2010” (que parece hipotético) la terrible suma de 896 mil pesillos.
Presuntamente la presentación de este libro de 30 mil ejemplares se hizo el once de enero del 2011 ¿en dónde? ¿quién lo hizo?. Se sospecha de una ficción.
Si usted, querido lector, sabe de la edición, pues coméntelo, porque la sospecha es que esa lana fue a dar a bolsillos muy diferentes a los que busca el IFE con su proyecto de educación cívica.
Total que da mucha risa cómo los líderes (¿?) de los partidos tratan de justificar las millonarias sumas que reciben del Gobierno del Estado, y cómo los auditores del IETAM se hacen como que no ven.
Por algo se dice que en nuestros días el mejor negocio es formar o regentear un partido. Cada año se les incrementan los apoyos gubernamentales y la inflación les pela los ojos.
Por ejemplo, el PANAL que regentea Sergio Flores Leal afirma en una nota que pagó 70 mil chuchos a quienes fueron a impartir un cursillo discriminación.
Mejor nos vamos porque nos da más pena a nosotros (que a los gerentes de los partidos y los consejeros del IETAM) seguir comentando las tarugadas que ahí se hacen…