Luis Lauro Carrillo Soto
TIJUANAZO DE HANK RHON
La realidad política de México pone al desnudo los síntomas de una excesiva politización de la procuración justicia, que son particularmente preocupantes, que sobrepasan los niveles de tensión y amenazan con destruir el incipiente sistema democrático, cuyos valores éticos son los que constituyen su fundamento.
¿Por que decimos lo anterior? Por la presunta persecución político-judicial emprendida por el gobierno federal en contra de Jorge Hank Rhon ex alcalde de Tijuana BC., quien fue liberado por una juez federal con las reservas de ley.
En el inter el priista volvió a ser detenido por “delitos locales” y puesto en libertad después de que un juez estatal negó la orden de arraigo solicitada por la Procuraduría General de Justicia de Baja California (PGJBC) por el probable delito de homicidio perpetrado a la ex pareja de uno de sus hijos.
Una averiguación plagada de inconsistencias, desde la supuesta denuncia ciudadana, el acopio “ilegal” de armas, la interpretación de flagrancia que realizó el Agente del Ministerio Público de la Federación para justificar el allanamiento de los militares, fueron las pruebas que sustentó el MP para el ejercicio de la acción penal.
El descredito de la procuración e impartición de justicia, refleja la imagen de extrema politización y que más que las exigencias de un Estado de derecho, han servido como instrumento de los intereses partidistas e ideológicos para perseguir a los oponentes políticos.
La detención y liberación del ex alcalde de Hank Rhon, es un botón de muestra más de la evidente politización de la procuración de justicia con fines electorales, y de paso exhibe a las autoridades, al Ejército mexicano y al Presidente de la República, usando a las instituciones contra adversarios políticos.
La liberación es además un señalamiento para un sistema de justicia que muchos consideran como disfuncional
Hank Rhon cuenta con el perfil perfecto para que el gobierno pudiera vanagloriarse de que su lucha contra la delincuencia organizada también incluye a peces gordos. De ahí que el llamado “hijo malo del profe Hank” podría haberse convertido en la imagen perfecta de la propaganda gubernamental para alardear que en México se combate la impunidad.
En efecto cabe recordar que diversos medios publicados que además de la «impunidad» con la que se ha conducido Hank Rhon a lo largo de su carrera política, han puesto énfasis en los presuntos vínculos con el cártel de Tijuana y con el asesinato del periodista Héctor «El Gato» Félix en 1988 del diario Z.
La liberación del empresario dueño del grupo caliente representa un duro revés para el Gobierno federal que deteriora las imágenes del presidente Felipe Calderón, de su gobierno y del PAN y un descalabro para la recién estrenada procuradora Marisela Morales, responsable directa del caso.
El caso Hank Rhon podría cambiar el curso de acción del gobierno federal, ya sepultando el recurso de la utilización de la justicia con fines políticos o de plano desgastar todo propósito de combatir la impunidad.
En definitiva todo parece indicar que politizar la justicia es el método empleado por el gobierno del presidente Felipe Calderón para impedir que el PRI regrese a Los Pinos, siendo muy preocupante y anticonstitucional, la utilización del ejército en labores de policía investigadora y de seguridad pública contra los adversarios políticos.
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