Cd. Victoria.- Lo que menos se dice es que se indigestó: Tragó más de la cuenta y… Le hizo daño.
Es un muchacho proveniente de familias victorenses pero nacido en el Distrito Federal el dos de marzo de 1969.
Es un contador público de la UAT que salió al mercado a ganar dinero a puños.
Para su suerte, siempre le tocó andar entre la tentación de los billetes, y parece que no pudo resistir… ¡Cayó!.
Así se cuentan historias de su paso por la Dirección de Finanzas de la Upysset entre 1993 y 1998 (época del cavacismo).
Luego estuvo en la Subsecretaría de Finanzas del Gobierno del Estado, al lado de Miguel Salman Alvarez, en las chambitas de director de finanzas; director de ingresos y coordinación fiscal, y titular de la unidad de servicios financieros (época tomasista).
Con la llegada de Eugenio Hernández al gobierno, dejó Finanzas y se fue al Congreso del Estado en la chambita de Director de la Unidad de Servicios Administrativos y Financieros (trienio 2005-2007).
Fueron los tiempos de Amira Gómez Tueme y Ramón Garza Barrios, en que se dice no había penurias y solo había que saber administrar la lana.
Para los primeros de marzo del 2009, proveniente de chamba de contabilidad privada, el jovenazo quiso volver a la función pública y encontró el suficiente apoyo para el respectivo “dedazo”.
El 18 de marzo de ese año, los diputados lo nombraron Contralor General del Instituto Electoral de Tamaulipas por un periodo de tres años.
Les “ganó” la partida a otros aspirantes, como Humberto Salinas Salinas, Gerardo Cantú Olvera y Alfredo Villarreal Mancilla.
Ello, no obstante que ante los diputados no presentó su inscripción en el Registro de Profesiones de la SEP (cédula), argumentando que “se la habían robado”.
Hasta se dio el lujo de decirles a los diputados de la Comisión de Gobernación –presidida por José Elías Leal-, que presentó denuncia por robo del documento ante la Procuraduría General de Justicia del Estado, con fecha 20 de enero del 2009.
Solo presentó su título de la UAT que dijo obtuvo el cuatro de mayo del 1992. Pero en otra parte de su currículum indica que lo obtuvo en 1991.
Por eso se sospechó (se sospecha) que el título es balín.
Pero los padrinos para darle la chamba eran bastante fuertes y pasó la prueba, lo ingresaron a la nómina del IETAM.
Comenzó su labor un día después, el 19 de marzo del 2009, y presentó su renuncia el uno de enero del 2001. Le fue aprobada el once de ese mismo mes y año.
Pero a su paso por el órgano electoral, dejó un tufillo a corrupción que sigue contaminando las calles de 13 y Morelos.
Los daños económicos habrían estado en la compra de los materiales para el proceso electoral que le tocó vivir. Ello, aunque solo fuera el contralor.
Y habían quedado asuntillos pendientes allá en el Congreso de Tamaulipas.
No presentó su cédula profesional, pero en su currículum argumenta que tiene maestría en administración, la que tomó en la Unidad Académica de Derecho y Ciencias Sociales Victoria (de la UAT).
Además, se dice diplomados en finanzas, procesos de mejora continua, análisis financieros (Tec de Monterrey) y contabilidad gubernamental.
En su análisis de probidad para hacerlo Contralor, los diputados señalaron: “Es una persona proba, en razón de que no existe ningún indicio que pudiera indicar lo contrario”.
Pues bien, a partir del uno de enero este contador sospechoso de no tener título, fue nombrado director administrativo del DIF Tamaulipas, al lado del médico Gabriel de la Garza Garza.
Todo bien hasta que se vinieron las fiestas del Día del Niño, el 30 de abril de este 2011, en las instalaciones de la Feria Tamaulipas, que fue un evento de varias horas pero nada del otro mundo.
Dicen los que saben que el “contador” se sirvió con la cuchara grande.
Pidió facturas por un millón 600 mil chuchos, cuando el evento, por “inflado” que fuera, no podía salir más allá de los 600 mil.
Confiaba en que, tratándose de la institución social del gobierno, donde despacha la esposa del Gobernador, nunca se presentaría alguna auditoría o un mortal podría negarse a pagar el recurso.
Pero alguien salió más listo que el “curtido contador” al que le robaron su cédula profesional: Las facturas fueron a parar al escritorio de la señora que manda.
Se hizo el escándalo. Se hicieron las investigaciones y andaban bailando más de un melón de pesillos.
Llegó el cese inmediato desde el tercer piso de palacio y con la recomendación de que no se vuelva a parar por gobierno en los próximos cinco años con dos meses (lo que durará la administración).
Parece que es el estilo del que ahora manda en Tamaulipas: El que la hace la paga, y no es cuento.
A los dos últimos jefes les tembló la mano para meter orden. El de ahora parece que la tiene medio pesadilla para con los pillos.
En otro tema, mire que este viernes estuvieron de gira por Tula los funcionarios federales del sector social, encabezados por Roberto Salinas Salinas, delegado de SAGARPA, para pagar los apoyos del PROCAMPO.
Todo fue padre, mucha alegría para los productores… Y lana.
Pero la indignación surgió cuando los empleados de la SAGARPA “bajaron del macho” con 50 pesillos a cada uno de los beneficiados, para pagar la comida de los “distinguidos visitantes”.
Así pues, los señores del Ejido Tula, muy “gustosos”, le pagaron la comida a los funcionarios en la llamada Quinta San Jorge, ¿cómo la ve usted?.
Al cerrar esta colaboración, llegaba el aviso de que el joven José Angel Cárdenas Castillejos, fue beneficiado con el “dedazo” por la presidencia del PRI en Victoria.
Se hablaba de rebelión por parte de mujeres que sí tienen méritos para dirigir al partido, como Guadalupe Perea Almanza y “Chacha” de Alejandro, pero no pudimos confirmar nada.
Nos vamos.