LA LEY MIGRATORIA
Lic. francisco Javier Álvarez de la fuente
La nueva Ley de Migración es uno de los adelantos más significativos que se han alcanzado en materia de política migratoria en los últimos 80 años y se suma a la Ley de Refugiados y Protección Complementaria, recientemente promulgada, en enero, también de este año.
El aspecto jurídico integrador más relevante es el cambio de paradigma en el que se asume la migración desde un enfoque con tres diferentes dimensiones: México como país de origen, tránsito y destino de migrantes, tomando en cuenta la protección a los derechos humanos en el eje rector de la política migratoria y la unidad familiar. Además la ley establece obligaciones claras de coordinación de los tres niveles de gobierno.
Antes de que la propuesta fuera enviada a la Cámara de Diputados para su revisión, fueron rechazados algunos artículos, pues existía la crítica de que era un instrumento policial para proteger la seguridad nacional, facultando a la Policía Federal en temas migratorios.
Algunos críticos señalan que es una ley parcial, pues caracteriza el fenómeno de la transmigración, atendiendo sólo los sucesos en los que migrantes centroamericanos han sido maltratados. Se enfoca y contiene elementos para la transmigración.
Otros también argumentan que no sanciona patrones de contratación a inmigrantes indocumentados, específicamente centroamericanos, como ocurre en Chiapas, y jornaleros agrícolas internos y externos.
Lo cierto es que, como todo instrumento jurídico, es perfectible y su aplicación es gradual, pero sin duda marca un nuevo comienzo en la protección de los derechos de los migrantes que, insisto, es una problemática global y México está mostrando su esfuerzo por participar con hechos en su resolución.
Toda política pública constituye un conjunto de principios, objetivos, líneas de acción e instrumentos para abordar las tareas de gobierno. Por lo mismo, la definición de la política migratoria no puede constreñirse a ser sólo una herramienta transversal, sino abarcar otros ámbitos, otras decisiones estratégicas para alcanzar objetivos determinados para atender el fenómeno migratorio de manera integral.
La Ley de Migración impulsa un modelo de gestión migratoria para salvaguardar el estado de derecho, la democracia y los derechos humanos. Vela por la seguridad humana y la integridad de los migrantes nacionales y extranjeros, promoviendo los principios de la tolerancia y de la no discriminación y combatiendo eficazmente el tráfico la explotación de los migrantes y las redes criminales asociadas a la migración.
En ese contexto, los estados fronterizos del sur se caracterizan por ser el punto de entrada del creciente flujo migratorio de personas que transitan por el territorio para llegar a Estados Unidos; ese cruce persistente y numeroso de personas, hace necesario reforzar las tareas de control migratorio, seguridad, auxilio y protección de su vida e integridad física, otorgándoles asesoría jurídica y asistencia social cuando lo requieran, derivado de los riesgos por fenómenos naturales o abusos y atropellos por parte de autoridades y particulares, teniendo como finalidad la defensa y salvaguarda de sus derechos humanos, al margen de su nacionalidad y su condición con relación a su estancia en la República Mexicana.
De todo lo anterior, se desprende que cuando los Señores legisladores, Diputados y Senadores, quieren hacer su trabajo, lo hacen, y bien, como es el caso con la nueva Ley de Migración, que traerá beneficios para infinidad de personas que se atreven a desafiar los problemas, por los que saben se enfrentarán, al cruzar por nuestro país y luego al internarse a los EEUU. Ojalá que sigan así en todas las leyes que requiere nuestro país y para ver si esto sucede… ¡Aquí estamos!Ver la publicación en Facebook · Editar la configuración del correo electrónico · Responde a este mensaje para hacer un comentario.