Laguna del Mante, donde María Félix vivió uno de sus romances

Laguna del Mante.- Ella, La Doña, visitó este lugar en uno de sus romances de la época de gloria como actriz.

Y él, adinerado, tuvo las mujeres que quiso, sobre todo del medio de la farándula.

Aquí se recuerda muy bien a María Félix en sus constantes visitas a la finca del hacendado Jorge Pasquel, en cuya “casa grande” se realizaban grandes fiestas en que tampoco podía faltar Mario Moreno Cantinflas.

También venía una de las primeras esposas de Pasquel, Silvia Pinal, y por supuesto una de las más hermosas amantes que tuvo: Miroslava Stern, de origen ruso.

La casona ahí está, completa, aunque en años recientes se le quiso adaptar para una escuela preparatoria.

Policarpio ya anda por los 80 años, fue trabajador de la hacienda, y se emociona cuando dice que en el rancho conoció a María Félix, quien era invitada por Pasquel a sus fiestas y reuniones.

-La ví de lejecitos porque un chofer me dijo: Mira, esa es la Félix!.

Y conoció también a Pinal, quien tiene una hija de Pasquel.

Antes se llamó hacienda Del Llano y luego San Ricardo.

Este rancho –hoy ejido- no era el único que tenía el señor Pasquel.

En la región se le conocían las haciendas El Naranjo, Tepeyac y El Estribo.

-Las demás tierras las tenía en Veracruz y hasta en Africa, manifiesta Policarpio Castillo, quien fue trabajador del rancho por espacio aproximado a los 35 años.

Es tan grande el ejido que, para recorrerlo de norte a sur, se necesitaba avanzar 35 kilómetros por la carretera que conduce entre Mante y Valles.

Y de oriente a poniente, las tierras abarcaban de sierra a sierra.

Esas eran las pertenencias de Pasquel, quien debió haber sido dueño de al menos 20 mil cabezas de ganado, tan solo en esta hacienda.

Pero un día el imperio se acabó, Pasquel murió en un accidente aéreo. Fue aquí mismo, “en la punta del cerro”, y fueron sus trabajadores los que rescataron los cuerpos de los muertos, entre ellos una de las amantes “del jefe”.

Hoy, las tierras lucen abandonadas. Los agraristas formaron ejidos, se robaron el ganado y las tuberías del sistema de riego las vendieron “como fierro viejo”.

Pese a que Jorge tenía otros hermanos, como Bernardo, Gerardo, Alfonso y Mario, cuando él murió todo se vino abajo.

Así como estaban, las hectáreas pasaron a formar parte del ejido, conocido ahora como el más grande de México.

LE METIO SIETE CANALES DE NOVILLO

De quienes fueron empleados del viejo ya quedan muy pocos.

Unos dicen que era buen tipo, pues incluso les mandó construir casas de interés social a los vaqueros, a los “cabos”.

Había cuando menos cinco equipos con 20 trabajadores cada uno que deberían trabajar de sol a sol con poca paga.

Pero tenía “sus arranques”

-En una ocasión al señor se le atascó el jeep en que viajaba; estaba lloviendo… pidieron un raid en la carretera y se los dio el dueño de un camión viejito… Pasquel le dio para que comprara uno nuevo.

A veces tenía arranques que nadie comprendía, pues a los empleados los negreaba.

-¿Cómo se hizo Pasquel de esas tierras?, preguntamos a Policarpio

-El gobierno le dio una concesión por espacio de 30 años para que explotara los ranchos.

Pero ¿y cómo se mató?.

La historia la van contando quienes personalmente anduvieron en el rescate.

Acostumbrado a mandar, ordenó que le prepararan carne para sus amigos, que mataran animales.

Y así se hizo, en su avión subieron las canales de siete novillos destazados que llevaría a la ciudad de México.

El piloto le reclamó que era demasiado peso y podrían tener problemas para despegar.

Pero el jefe replicó:

-Tu haces lo que se te ordena ¡yo conozco de esto!.

Después de todo, sabía lo que traía, pues andaba estrenando el avión llamado Tepeyac II, que formaría parte de la flotilla exclusiva a su servicio.

Se subió la carne y los pasajeros.

La nave despegó pero no alcanzó a cruzar la sierra de Tanchipa. A unos cuantos kilómetros fue a estrellarse en un gigantesco árbol de higuerón.

Fallecieron siete personas.

-Llegó a confundirse la carne de los novillos con la de los humanos, dice Castillo.

Al impacto la nave se incendió; ardió toda una hectárea o más en plena sierra.

Dicen que ese día, cuando Pasquel llegó a San Ricardo, venía procedente de Argentina; pasó por la ciudad de México y se dirigió al rancho por la carne.

Son pocos los que recuerdan el avionazo, pero ¿Quiénes más iban con el señor?.

Para comenzar, su peluquero, muy excéntrico, al decir de Policarpio.

-Se vestía con un pantalón corto y botines.

También perdió la vida el cocinero preferido de Pasquel, a quien traía por todo el mundo para que le preparara sus platillos favoritos.

-Y se murió un señor que lo bañaba, que lo atendía en sus asuntos más privados.

Los pilotos por supuesto, encabezados por Jacobo Estrada Luna, un veterano del escuadrón 201.

Nadie se salvó en el accidente.

Allá en la sierra, en total quedaron siete cruces.

-Yo fui a la sierra con el padre a decir misa, indica nuestro entrevistado.

Pero hay un punto oscuro y, se dice que en el avión también viajaba una actriz llamada Miroslava Stern, quien al parecer era la amante en turno.

Perdió la vida Jorge Pasquel y, con él, terminó un imperio económico y lleno de arbitrariedades.

Era dueño, aquí, nada menos que de 45 mil 20 hectáreas que le habían entregado en préstamo los gobiernos revolucionarios.

Hoy solo queda la deteriorada pista de aterrizaje, inutilizada desde hace años por el Ejército Mexicano.

Pero ¿cuándo fue el accidente? El ocho de marzo de 1955.

Y LLEGARON LOS “GUEVONES”, LOS EJIDATARIOS

Nuestro hombre había nacido el 23 de abril de 1907 en Veracruz.

Fue amigo íntimo de Miguel Alemán Velasco y de Ruiz Cortines, quienes le consintieron las arbitrariedades. Se decía que introducía al país mercancía de contrabando.

Había sido yerno de Plutarco Elías Calles. Se casó con su hija Ernestina en 1932, luego de una historia en que por poco el joven jarocho pierde la vida (a balazos).

Dicen que, por disposiciones de Miguel Alemán, Jorge llegó a la región en 1944 y de inmediato comenzó a desmontar miles de hectáreas.

-Traían 70 buldozers “cadeneando”, y cinco comandos del Ejército Mexicano vigilando.

Fue cuando echaron a los rancheros de la región fuera de las tierras… Hasta los límites con Tamaulipas.

La gente se fue por temor a morir y fundaron la congregación El Salvador (que los había salvado de las balas asesinas del cacique).

Y es que consideran realmente que fue la salvación después de ser corridos por el cacique y el Ejército Mexicano que lo apoyaba.

Esas mismas tierras que estaban en producción se les entregaron a los ejidatarios, los que jamás las trabajaron y destruyeron los sistemas de riego.

Los tubos los aplastaban con los tractores para venderlos como fierro viejo. Las vacas las cazaban a balazos para comérselas..

A la muerte del cacique, por varios años las tierras estuvieron a cargo del Banco de Crédito Agropecuario hasta que, en 1974, nació el ejido Laguna del Mante.

Y la dotación para los ejidatarios fue exactamente lo que el predio, 45 mil 40 hectáreas en beneficio de 472 ejidatarios, como manifiesta el Comisariado Delfino Cedillo R.

Acepta que son el ejido más grande, en extensión, de todo el país.

Por el estado de Sinaloa “hay uno que se nos acerca pero apenas tiene 35 mil hectáreas”, indica.

Pero de la dotación total, la comunidad tiene que respetar 13 mil hectáreas que están dentro de la reserva ecológica de Tanchipa, la que abarca parte de San Luís y Tamaulipas.

Laguna del Mante tiene hoy un promedio de cuatro mil habitantes.

La zona urbana fue ubicada a ambos lados de la aeropista de mil 200 metros de longitud, a donde llegaba el cacique en sus días de campo, de placer, de cacería acompañado de políticos y mujeres del medio artístico como la propia María Félix, o Silvia Pinal.

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