Cd. Victoria, Tam.- Cuando al menos hay voluntad para investigar delitos, se investigan. Aunque no se castigue.
Pero todo indica que no hay voluntad para investigar las pillerías que presuntamente cometieron media docena de alcaldes que entregaron su mando el último de diciembre del 2010.
El tiempo diluye, sepulta el tema.
El más señalado por cometer irregularidades es el ex alcalde Oscar Pérez Inguanzo, de Tampico, pero se avizora que quedará en la impunidad.
Le dimos una “checadita”, y parece que lo que más indigna a la sociedad porteña es que dos damitas del puerto (de no malos “bigotes”) hayan logrado implantes de belleza (siliconeadas) con recursos del municipio.
Tenga usted la seguridad, querido lector, que nadie será castigado por más grande que quiera ver la gente de gayola.
Pareciera que los políticos siempre le llevan “la contra” a la prensa. No intervienen cuando los asuntos se ventilan públicamente.
Un informe de la Auditoría Superior de la Federación dice que en el 2010 “checaron” el ejercicio 2008 del municipio de tula, en que se utilizó lana federal.
Resulta que el alcalde Saúl Muñoz Vallejo y su Tesorero no solo beneficiaban a su amigo Rodolfo “El Chichimbré” Lara Gallardo con obras, sino con facturas falsas.
Nunca confirmaron (y a o mejor eran cómplices) la veracidad de las facturas ante los órganos de la Secretaría de Hacienda.
Tan solo en el “bonche” que revisaron los auditores, encontraron ocho facturas falsas de la empresa “Tulara Construcciones, S. A. DE C.V.” por la suma de un millón 318 mil pesillos.
Nada pasó y el señor Lara es el que maneja obras públicas del municipio.
Las facturas falsas parece ser el modus operandi de quienes pillan con los recursos públicos.
Fue uno de los motivos por lo que fue a dar al bote el ex alcalde maderense, Jorge Mario Sosa Pohl. Reportaba facturas de una imprenta inexistente en Altamira.
Cuando el desaparecido Juan Antonio Guajardo ocupó la alcaldía de Río Bravo reportó la compra de lámparas a la empresa J. Jet Enterprises, ubicada en P. O. Box 5033 de Mac Allen, Tex. EUA, C.P. 78502, con teléfono 630-5142.
Dicha compra de lámparas habría sido por 34 mil 870 dólares.
Cuando el Congreso del Estado indicó a los funcionarios del ayuntamiento que dicha casa comercial no existía, corrigieron e indicaron que Interprises se hallaba en el número l401 de E. Beech, en Mac Allen.
La sorpresa de la entonces Contaduría Mayor de Hacienda fue que los números en dicha calle terminan en el l300, por lo cual no existe el domicilio con el 1401.
¿Y el teléfono? Los investigadores llamaron y encontraron que correspondía (a lo mejor todavía corresponde) a un número de emergencias médicas.
Y mire que los Auditores del Congreso se pusieron a trabajar –en su tiempo- sobre las pillerías del alcalde victorense Gustavo Cárdenas Gutiérrez y también le hallaron facturas falsas.
Detectaron l6 compras de materiales y refacciones, en presuntas empresas en el lado americano, que no existen.
Tan solo en una operación, la lana fue por 17 mil 358 dólares, en supuestas compras a las inexistentes Borden Inc. y S & CH Any Equipment Sales Inc.
Ya pasaron cien días desde que los ex alcaldes dejaron el poder y nadie ha sido para investigarlos.
Desde la segunda quincena de febrero, un grupo denominado Movimiento Ciudadano , A. C., de Tampico, dirigido por Ricardo Guerrero Hernández, presentó denuncia penal en contra de Pérez Inguanzo por los presuntos delitos de peculado y violación de la Ley de Deuda Pública.
Pero a pesar del tiempo transcurrido, la Procuraduría no ha dicho si se integra la averiguación (la querella fue ratificada).
Dicen que el tiempo lo sepulta todo, y es así que con el paso de los días y los meses, se va “olvidando” el asunto de los ex alcaldes.
Para finales de año, solo quedarán los pagos mensuales que las presentes administraciones tienen que cubrir para resarcir el daño patrimonial de los que se fueron.
Se nos hace que los nuevos funcionarios de la Auditoría Superior no necesitan realizar mucha chamba para demostrar si hubo irregularidades o no.
Basta y sobra que confirmen si existen las empresas que cobraron miles de pesos al municipio porteño, pero tienen su domicilio fiscal en Citlaltepec y El Higo, Veracruz.
Desde su oficina –vía Internet-, los auditores pueden confirmar a través de Hacienda (cualquier ciudadano puede tener acceso) si tales facturas son auténticas o falsas, o mas bien, si las empresas existen o no.
Parece que los pillos se escapan. Ya superaron los primeros cien días.
Antes de irnos, digamos que este miércoles y jueves (13 y 14) la unidad de Derecho y Ciencias Sociales Victoria de la UAT, que dirige el abogado Carlos Hinojosa Cantú, tendrá interesantes actividades.
Una es la “Feria de la Persuasión” en que los estudiantes unifican las técnicas de informar y formar criterios del público hacia un producto o candidato (en lo político).
La otra es la “Expo-Turismo” que tocará el tema de Emiratos Arabes Unidos y desembocará en una exposición con la participación de empresas de los ramos hoteleros, recreativo y de transporte, entre otros.