Como dice el dicho: “Hasta no ver… no creer”
Y es que la historia de los años recientes nos dice que los ex alcaldes que le hincaron el diente al presupuesto no la pagaron con cárcel.
El caso más “sonado” es el de Juan Genaro de la Portilla Narváez, quien estuvo encarcelado alrededor de un año, pero salió absuelto, libre de toda culpa.
Tan es así que el año pasado el ex pandillero presentó completa (sin antecedentes penales) su documentación para volver a ser candidato en Altamira, ahora por las siglas del PRD.
No, no le creemos ni a Lupana Flores Valdez ni a Gustavo Torres Salinas, responsables de las investigaciones en el Congreso del Estado, de que habrá “apriete” en contra de los ex alcaldes pillos.
Allá en el sur una agrupación denominada “Movimiento Ciudadano” presentó demanda penal en contra del ex presidente jaibo Oscar Pérez Inguanzo. Sí, y ¿eso qué?.
Hay que entender que se necesita la voluntad política para que la Procuraduría de Justicia comience a funcionar, a integrar las averiguaciones.
Más claro: Necesita instrucciones de la ”esquina del poder” en ciudad Victoria.
El caso es muy parecido al de Genaro de la Portilla, con excepción de que este era miembro del Congreso cuando se presentó la demanda penal.
Portilla fue demandado por un particular, el periodista José Rodríguez Medina por los presuntos delitos de peculado, ejercicio abuso de funciones y “los que resulten”.
Pérez Inguanzo fue demandado por el particular Ricardo Guerrero Hernández por algo parecido: Peculado y malversación de recursos.
El ex presidente de Alamira fue acusado en otra averiguación por Leonardo Muñoz Padrón, por “tentativa de fraude”.
De igual forma, se espera que el ex de Tampico, Inguanzo, sea demandado penalmente por otras personas, ciudadanos comunes.
En el caso del altamirense el Gobernador era Manuel Cavazos Lerma y existía la “voluntad política” para mandarlo a la cárcel.
En un rato se integraron las averiguaciones; fueron interrogadas 18 personas y se pidieron hasta 30 órdenes de aprehensión.
Uno de los principales acusados lo fue el tesorero de Portilla, de nombre Ignacio Lara Rodríguez.
Hoy, se menciona que el ex jefe de los dineros de Tampico, Víctor Joffre Mora, es uno de los principales implicados en una malversación o peculado de al menos 500 millones de pesillos.
Portilla huyó al lado gringo, donde fue detenido y enviado al penal de Tamatán en ciudad Victoria, y luego a Andonegui, en Tampico.
El señor Pérez Inguanzo ya se encuentra en el lado gringo y podría seguir la misma suerte que su colega ex de Altamira.
Lo que se desconoce es si en nuestros días hay voluntad para seguir adelante con las averiguaciones.
Portilla fue desaforado por un Congreso pastoreado por Juan Alonso Camarillo, a petición del Procurador Ceballos Blanco. Pérez Inguanzo no tiene fuero y se encuentra de pechito.
En su tiempo Juan Genaro dijo que fue encarcelado porque un día sus colaboradores (del alcalde) “engañaron” al candidato a Gobernador con un homosexual travesti con el que bailó de cachetito.
La pregunta es ¿tiene que haber un motivo de tal calidad para que se finquen responsabilidades?.
Ya sabemos que en política no hay moral y las circunstancias cambian de una hora a otra, según el estado de ánimo o las intenciones del hombre en turno.
En la campaña política de 1998 el joven Tomás Yarrington Ruvalcaba sacó del bote a Portilla y lo hizo otra vez candidato a diputado.
No hay credibilidad de que se vaya a aplicar la Ley en contra de los ex ediles bandidos del último trienio.
Y si no se aplica, de seguro dentro de tres años tendremos otra camada de bandoleros y una sucesión interminable cada trienio.
Nadie le creyó a Yarrington cuando decía: El que la hace la paga.
En nuestros tiempos ¿hay razón para creerle a los operadores de las auditorías? Parece que no.
Quisiéramos estar equivocados, pero se nos hace que “nada pasará” en la Procuraduría aunque se presenten decenas de querellas en 25 o más municipios.
Simplemente al partido en el poder, el PRI, o le conviene atrapar la cola de los pillos a los que llevó al poder. Meter orden a los actuales es lo más que podría hacer.
Tema aparte, mire que la capital de Tamaulipas ciertamente ha cambiado en poco más de 50 días que van de la administración de Miguel González Salum, a como la dejó el talabosques Arturo Díez Gutiérrez.
Un lector nos dice que ya “pasan” los camiones de basura, hay brigadas de bacheo; se chapolearon los espacios recreativos, hay iluminación en las calles y por primera vez en largos años funcionan las barredoras.
Y eso que no se sabe en donde quedaron los 50 melones de pesos que pidió prestados el señor Díez antes de irse.
Pero eso no es todo. Miguel abrió la consulta para definir el Plan Municipal de Desarrollo 2011-2013 que le dará rumbo a la administración.
Miguel le meterá lápiz a las cosas y fue así que se realizó la primera sesión del Consejo Consultivo del Instituto Municipal de Planeación, a donde asistieron el secretario de Desarrollo Urbano y Medio Ambiente, Homero de la Garza Tamez, y jefe de la Secretaría de Salud, Norberto Treviño García.
Y mejor nos vamos.
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