Se dice de Jaumave pero él en realidad nació en Xicoténcatl y su padre lo registró en Tampico.
Fue miembro del Ejército Mexicano durante 19 años, donde perteneció al Estado Mayor Presidencial y hoy, retirado, permanece en el Asilo de Ancianos porque no tiene familiares en este mundo, todos murieron.
Dios no quiso que José Santos Contreras Ramírez fuera padre ni abuelo, alguien que lo pudiera recoger y darle un hogar.
En ese peregrinar de 80 años de vida, José fue arriero de burros, bracero (con documentos) en los Estados Unidos y también ha escrito un libro que tiene pendiente de publicar el ITCA, donde narra su vida.
Su último familiar fue su abuelito que murió a los 97 años en Jaumave.
Todo lo tiene bien presente.
Antes de fallecer su esposa, en Zamora, Mich., le dijo.
-Viejo, vete a tu tierra y busca a tu familia…
Y así lo hizo en cuanto la sepultó, pero no encontró a nadie.
-Me vine a Tampico y a Xicoténcatl a buscar mi nombre verdadero.
-¿Nombre verdadero?
-Es que, cuando tenía 16 años, me alteraron el acta de nacimiento para darme los 21 y poder entrar al Ejército.
Y sí encontró sus documentos, pero de familia a nadie halló.
Después de radicar un tiempo en Ocampo, donde construyó su casa, que no puede vender porque el régimen de propiedad es colonia agrícola, en enero del 2003 llegó a ciudad Victoria a la aventura.
A LOS NUEVE AÑOS LO VIOLO UNA NIÑA DE 12
Después de morir su padre en Tampico, José fue a dar con su abuelo a la tierra janambre cuando tenía los nueve años.
En “su libro” comienza hablando precisamente de cuando fue violado por una muchachita de 12 allá en su querido Jaumave.
Fue ella (se reserva el nombre) la que lo indujo y le hizo el acto sexual cuando él era completamente inocente.
Ya mayorcito empezaron a gustarle las muchachas “y mi abuelo no me daba ni un cinco”, por lo que empezó a trabajar de ayudante de arriero entre Jaumave y Victoria, por lo cual le pagaban un peso por jornada.
-Hacíamos ocho días de viaje, ida y vuelta, trayendo maíz desgranado.
Bien recuerda que el dueño de la burrada era Tirso Reyes, propietario de la tienda de abarrotes más grande y mejor surtida del pueblo.
Eso era por el año de 1938 cuando Contreras apenas era un adolescente.
Pero no por eso dejó de conocer los secretos de la Sierra Madre, y hoy, cuando tiene tiempo, le ha sugerido a los funcionarios de Turismo que se abran una ruta turística desde Victoria hasta Jaumave “y anexas”.
Por el viejo Camino Real a Tula, quiere por ejemplo que la gente conozca el Cerro Agujerado, aquí en el municipio de Victoria, que viene siendo una especie de túnel que fue elaborado con fuerza humana allá por 1884.
El camino para carretas y carruajes fue construido en el periodo presidencial de Manuel González, un tamaulipeco de Matamoros.
-Mi abuelo decía que las culebrillas del camino tenían las letras “M” y “G”, que serían las iniciales del entonces presidente.
También quiere que los visitantes conozcan la bajada “De las Colaciones”, donde las piedras son de colores semejando dulces (antes de llegar a Joya Verde).
Comenta que la sierra tiene muchos secretos, por ejemplo una excavación de alrededor de 25 metros cuadrados en la roca (cañón de La Mula), donde presuntamente dormían los constructores del camino.
Y hay más, mucho más, como cuevas y cuitzillos que seguramente elaboraron los huastecos.
Si en 1938 Santos arriaba burros en la sierra, para julio del 41´ ya lo tenemos en el Ejército Mexicano.
Y cuando México le declaró la guerra al Eje, muchos militares fueron enviados a entrenarse en los cuarteles de Puebla, entre los que figuraba José.
-Eramos de la élite de asalto del Ejército. Yo pertenecía a la compañía que era lo máximo.
Pero no fueron a tirar bala porque la guerra se terminó, aunque el entrenamiento les quedó.
Fue entonces que el presidente Miguel Alemán decidió que ese grupo pasara a formar parte de los Guardias Presidenciales, así que se fueron a la ciudad de México.
Allá conoció a la que sería su esposa, en el Hospital Militar, pues ella era enfermera.
-A nosotros nos mandaban allá a “ordeñarrnos”, a sacarnos semen y sangre.
Y se casaron y se fueron a vivir a Michoacán, donde ella, viuda, tenía dos hijos menores.
CUANDO FUSILO A VARIOS DELINCUENTES
Pero ¿qué fue lo que hizo en los primeros años que llegó al Ejército?
Cuando se dio de alta, en el periodo del presidente Avila Camacho, este decretó la llamada Ley de Emergencia, donde se establecía que todo individuo que violara o asaltara en despoblado –salteadores de caminos- debería ser condenado a la pena de muerte.
Le tocaron dos fusilamientos allá por el estado de Hidalgo; primero dos delincuentes y luego tres.
-Si tu vez los periódicos de García Valseca de enero de 1943 y la revista Hoy, ahí vienen, ahí vengo yo porque los fotógrafos nos retrataban desde que salíamos del penal con los detenidos.
Más tarde mató a otros cinco en la sierra hidalguense. Eran traficantes de alcohol, ese que se fabricaba clandestinamente de la uva.
De ahí brincaría al entrenamiento militar intensivo para ir a enfrentarse al os japoneses, que “no se hizo”.
-Las maniobras eran tan reales que hubo varios muertos por la explosión de las granadas.
Después de retirado no le quedó pensión del Ejército “porque me la dieron toda junta”.
Le pagaron en aquellos años 13 millones 650 mil pesos.
No quiso que le ministraran cada quincena o por mes, porque alguien le advirtió que podría llegar un presidente que les cortara el pago.
La vida de Santos es muy larga y la plasma en el libro que espera le publiquen, que ya consta de 400 páginas.
De otros capítulos de su historia luego hablaremos.