Guemes.- Ni un cinco en Tesorería dejó la administración del alcalde panista Carlos Cárdenas González, pero sí una deuda de un millón y medio de pesos con la CFE que tendrá que pagar el ayuntamiento entrante.
Solo hay dos “obras” que dejaron los representantes del PAN en su paso por este municipio: Sendos “yonques” de vehículos oficiales destruidos y averiados que se tendrán que rematar como chatarra.
Uno de ellos está en las instalaciones de Seguridad Pública Municipal, donde permanecen arrumbadas y chocadas varias patrullas que “entregó” Cárdenas a su sucesor Lorenzo Morales Amaro.
El otro “yonque” se ubica por el camino a “San José de las Flores”, donde permanece el resto de la chatarra que heredó la administración panista.
Dos unidades de seguridad fueron “entregadas” a la nueva administración en un taller de frenos de distinguidos militantes de Acción Nacional, por la calle Juan B. Tijerina y Olivia Ramírez en ciudad Victoria (se ignora por que ahí, si necesitan reparación de máquina).
Ciudadanos guemenses indican que el municipio quedó tan destruido “como si hubiera pasado por aquí un huracán”.
De acuerdo con un representante popular ante el cabildo, “ni un solo vehículo en movimiento recibió la nueva administración”.
UNA “FICHITA” EL HERMANO DE GUSTAVO
Carlos Cárdenas, medio hermano del ex diputado y ex senador Gustavo Cárdenas Gutiérrez, destruyó Guemes en todos los órdenes.
En esta cabecera y en los ejidos no dejó en buen estado una sola lámpara pública, pero sí una deuda enorme que heredó al ayuntamiento priísta.
Dejó un convenio con la Comisión Federal de Electricidad en que el municipio se compromete a pagar 50 mil pesos mensuales de la cuenta atrasada, más el consumo ordinario.
De esta forma, el nuevo ayuntamiento se pasará casi los dos años nueve meses de su vigencia pagando las deudas del panista.
A consecuencia del adeudo, en muchas ocasiones el alumbrado público y las dependencias del municipio sufrieron cortes de energía.
Cárdenas González convirtió a Guemes en un negocio familiar en que las utilidades solo las compartió con su hermano Héctor y su mamá Adela, quien fungió como presidenta del DIF.
Ellos organizaban los bailes populares en la cabecera y ejidos en que vendían cerveza mientras cerraban con la policía los depósitos de la “competencia”.
Otra herencia que dejó la familia Cárdenas es un sindicato “alterno” al que ya existía para agremiar a los empleados del municipio.
Se llama Sindicato Unico de Trabajadores del Municipio de Guemes y su filiación es panista.
Junto con el gremio, complementaron la herencia con una abultada lista de personal que no tiene razón de laborar: Choferes de camiones de volteo, cuando no hay camiones; operadores de traxcavos, buldózer y motoconformadoras, cuando no existe esa maquinaria en la presidencia.
Durante los tres años que duró el negocio familiar, Carlos pintó de azul todos los edificios públicos, las escuelas, locales ejidales y equipamientos urbanos.
Pero el último “descubrimiento” de los nuevos funcionarios es que esa pintura la pidió fiada a la empresa Comex y heredó la cuenta de miles de pesos.