Cd. Victoria.- Todo está listo para modificar la estructura de la “panza burocrática” del gobierno estatal para el siguiente sexenio.
El lunes 17 del presente habrá una megasesión extraordinaria del Congreso del Estado para aprobar, entre otras cosas, la estructura que Egidio Torre Cantú quiere para su gobierno, o sea las secretarías y órganos de administración con que trabajará.
La sesión durará un “máximo” de cinco horas porque, aparte, se aprobará la Ley de Compras que quiere el siguiente gobernador y ciertas reformas a la Constitución, amén de las pensiones para familiares de servidores públicos fallecidos.
La duración la impuso la Comisión Permanente que presiden Felipe Garza y Leonor Sarre.
Bueno, pudiera ser una sesión de dos días con un receso (aunque saldría más cara por la piscacha que hay que pagarle a los diputados en carácter de “extra”).
Por las maniobras del personal del Congreso para que la estructura del nuevo gobierno se mantenga “en secreto”, al momento de escribir estas líneas no teníamos a la mano la iniciativa. Pero se anticipa que habrá algunos cambios a como está trabajando Geño.
No se pronostica el relajo que hizo Tomás al fusionar las secretarías de Salud y Educación junto con las áreas de cultura y deportes en lo que llamó SEDESOL, pero se supone que Torre buscará que todo funcione mejor.
Cambiarán algunos nombres de las secretarías, pero de seguro no habrá sorpresas “grandes” sino estructura con un nuevo enfoque.
Según el dato, se crean algunas subsecretarías para manejar ciertas funciones, como el específico de Pesca y algo de Obras Públicas.
Se rumoraba sobre la integración de secretarías que ahora tienen la denominación de “agencias”, como la Ambiental, y reducir otras a Direcciones Generales.
Eso de una área específica para la coordinación de los asuntos municipales no es nueva, ya está en la General de Gobierno, pero al parecer se le quiere dar “más importancia”
Se sospecha que secretarías como la de Desarrollo Rural, no rindieron los frutos esperados sino que fueron una “indigestión burocrática” más que le costó al erario caprichos de sus jefes.
Esa y la de Turismo son de reciente creación y no sirvieron para maldita la cosa (o a lo mejor los inútiles fueron los titulares de las mismas, uno pensando en enriquecerse y las mujeres, y el otro en empinar el codo, en embrutecerse).
Pero esta megasesión tendrá dos diputados menos, Norma Cordero González, que pidió licencia el 15 del presente, y Alejandro Díaz Casillas, quien este miércoles decidió no concluir su periodo.
De acuerdo con el columnista Guadalupe Díaz Martínez, Casillas ya es delegado de la CORETT en Tamaulipas, donde manda Francisco García Cabeza de Vaca.
Claro que Alejandro es vivillo desde chiquillo: Impuso a su licencia una fecha atrasada del 16 de diciembre y no el 22 para no embroncarse con la Secretaría de la Función Pública o Contraloría.
Dícese que el jovenazo le ganó la representación de la Comisión para la Regularización de la Tenencia de la Tierra a la también ex diputada azul Norma Cordero González, quien recibió licencia desde el pasado día 15 y se quedó como el chinito: Milando!.
Sobre el particular hay problema y algunas mentadas para Cabeza, que no le ayudan en su proyecto de ser candidato a Senador: Alejandro es originario de San Luís Potosí, vive en Tampico y, fuera del puerto, nadie lo conoce.
En otro tema, le vamos a decir que el dirigente tricolor, Ricardo Gamundi Rosas, acaba de hacer el coraje más grande de su vida que lo hizo cambiar de color; ahora es gúerito el muchacho.
Resulta que el 17 de noviembre, como diputado, el moreno firmó un dictamen en el Congreso del Estado en su calidad de Secretario de la Comisión de Patrimonio Estatal y Municipal.
A través de ese “gancho”, el tricolor autorizó la donación de un predio de 890 metros cuadrados al membrete denominado Central Campesina Independiente de Tamaulipas, que tiene un valor de al menos diez millones de pesos.
Y es que el “solarcito” se encuentra por el boulevard Praxedis Balboa entre Dos y Tres, y al norte da hasta la calle de Zaragoza.
La resolución del donativo se publicó en el periódico oficial el 17 de noviembre para escriturarle a la dirigente ceceísta Rosario López Medina, quien de paso cobra como regidora en Victoria.
Doña “Chayo” confesó en su petición que tiene casi 30 años ocupando y explotando dicho terreno –siendo del gobierno del estado-, el cual renta desde entonces y percibe varios miles de pesos por mes (pertenece al gobierno desde el 15 de enero de 1981, según escritura).
Con fecha 24 de enero del 2005 ella pidió al Congreso que se le titularan las casitas que ahí tiene de renta, pero la mandaron por un tubo.
Fue casi seis años después de su petición cuando Gamundi y los tricolores sacaron adelante el proyecto –porque el presidente de la Comisión es panista- de donación a Doña Chayo, quien ahora sí tendrá escrituras para arrendar como Dios manda.
Pero hete que en tanto apareció el decreto en el Periódico Oficial, la Doña se aventó sobre el morenazo jarocho acusándolo directamente: “Nos traicionó”.
Más: “No nos dio nada durante su liderazgo”.
Y bueno, muchas otras acusaciones de que el prieto solo vio por sus intereses personales y no les entregó regidurías a los de la CCI.
Dicen que el jarocho hasta lloró (nunca lo había hecho en su vida política) cuando la prensa publicó las declaraciones de López Medina.
Quien sabe como vaya a reaccionar el todavía presidente de PRI porque el decreto dice que, si los terrenos no se utilizan para el fin para el que fueron donados, habrá marcha atrás, “se reintegrarán a la hacienda publica estatal”.
Mejor nos vamos, y si usted ve que Gamundi cambió de color, ya sabe por que.