Cd. Victoria.- De los que nada tienen que hacer –solo darle vuelo a la imaginación-, cada quien especula a su manera sobre los posibles integrantes del gabinete de Egidio Torre Cantú. A ellos se agregan los comentaristas de prensa.
A la lista, un día le quitan nombres y le agregan otros, y que si tiene amigos y palancas entre la familia Torre, o si forman parte de los compromisos del gobernador entrante con el saliente.
Unos dicen que ciertos elementos tienen asegurada la chamba porque participaron en la campaña, fueron asesores, o forman parte de los grupos políticos que le mandaron recomendados a Rodolfo.
En realidad se trata de un hecho inédito en la historia política de Tamaulipas, dado que jamás se había truncado la vida de un candidato a cinco días de las elecciones.
Luego entonces, no se sabe quienes son los miembros del “grupo compacto” del futuro gobernador, sus colaboradores o sus consejeros.
Sobre el particular, alguien nos decía que la situación es parecida a cuando Manuel A. Ravizé llegó a la gubenatura. Venía de la alcaldía de Tampico y, por tanto, la mayor parte de sus colaboradores provenían del puerto.
Pero tampoco hay que decir que los futuros funcionarios con Egidio lo serán porque particiaparon en la campaña con su hermano Rodolfo.
Como ejemplo de que no es así, ahí tenemos el caso de Luis Enrique “El Pipo” Rodríguez Sánchez, quien fue el coordinador general de la campaña de Tomás Yarrington, y la chamba que le dio fue la Comapa de Victoria.
Mire que tampoco Laura Alicia Garza Galindo, la primera Secretaria General de Gobierno con Yarrington, había participado en la jornada de proselitismo. Es más, ella era diputada federal y pidió permiso a su escaño para venirse a ciudad Victoria.
Claro que hay sus excepciones y cuando la campaña de Américo Villarreal Guerra, el ingeniero Antonio Calros Valdez Balboa fue el coordinador general de la campaña, y llegó a la cartera de obras públicas, donde permaneció todo el sexenio.
Claro, en la época de Enrique Cárdenas, el agrónomo Jorge Bello López fue el responsable de la campaña y, al final, se le asignó la cartera de obras públicas.
“En este asunto no se entiende”, dice Francisco Javier Vogel Silva, quien fue el coordinador de deportes de la jornada de Américo y, al final, le dijo que siempre no sería el jefe de Deportes del Gobierno.
“Desde entonces no sudo calenturas ajenas”, dice Vogel.
Vamos a decirr que “unos corretean la liebre y otros son los que la alcanzan”. En otras palabras: Unos hacen la chamba y otros son los que se benefician.
Lo cierto es que, en el Congreso del Estado, comenzaron las modificaciones a la Constitución y las Leyes, que deberán marcar la forma y estilo con que gobernará Torre Cantú.
Por ejemplo, los diputados acaban de aprobar que, en el presupuesto de egresos del 2011, se especifique con pesos y señales cuánto ganará cada funcionario de todos los niveles, por partidas de sueldo, compe, viáticos, gastos de representación y lo que le ingrese a su bolsillo.
Para aquel que viole la disposición –incluidos los municipios-, habrá cárcel de hasta seis años y multa.
Mire que antes se hacía esto de decdir públicamente sobre la lana que ganaba cada quien, había datos específicos de cada plaza del gobierno hasta que se fue diluyendo en las últimas administraciones.
Se supone que en las siguientes semanas entrarán al Congreso las reformas a la Ley Orgánica de la Administración Pública, que marcarán lo que quiere hacer Egidio.
Debe entenderse por ejemplo que si Tomás Yarrington entró el cuatro de febero de 1999, un día antes los diputados aprobaron las secretarías y dependencias con que llevaría su administración.
De esta forma, el matamorense suprimió las secretarías de Educación y de Salud, y nombró como superjefe a Oscar Luebbert Gutiérez.
Pero más tarde los profesores se le pusieron al brinco, lo mismo que los alrededor de 20 mil empleados del sector salud, y Yarrington tuvo que meter reversa.
En general, Tomás hizo seis reformas a la Ley Orgánica de la Adminsitración, todas entre el 2000 y el 2002.
Antes de llegar al despacho, los diputados le aprobaron a Geño, el 20 de diciembre del 2004, las carteras con que cumpliría su mandato: Once secretarías, la Procuraduría y la Contraloría Gubernamental.
Hay que decir que no está incluida la Secretaría Particular, entendiendo que algunos la meten en el organigrama oficial.
Hernández Flores trajo una nueva cartera que se llamó Secretaría Técnica del Gabinete, la cual fue disuelta allá por septiembre del 2007.
Pero debe entenderse también que el Gobernador puede modificar las dependencias de su administración mediante los decretos gubernamentales sin necesidad de ir al Congreso.
También se habían fusionado la Coordinación de Asesores con la de Comunicación Social, que luego se separaron.
Con Geño se creó la secretaría de Desarrollo Rural, que antes fue dirección general, pero también se crearon otras como la Agencia Ambiental y la Comisión Estatal del Agua, que se supone tienen rango de secretarías aunque sin serlo.
Hay versiones que señalan que Egidio traerá cambios en la estructura del gobierno y que nadie le quiere aceptar la chamba de Procurador ¿será cierto? ¿habrá algún abogado que no quiere el sueldillo? Parece que algunos colegas no tienen tema para escribir.
Creo que dejamos esto por hoy.