Por: José Luis Avila
CD. VICTORIA, TAM.- Pásele, pásele marchantita!
¡A ver ¿qué va a llevar?! ¡lo que le guste, sin un solo compromiso!, escójale.
Así son las expresiones cotidianas que se escuchan en cada uno de los comercios, cuando se acude a efectuar compras a los famosos mercados sobre ruedas, “los tianguis”, que según nuestros antepasados la palabra proviene del náhuatl tianquiztli o sea “mercado”.
Y es una tradición que ha existido en Mesoamérica desde época prehispánica, y que ha ido evolucionando en forma y contexto social a lo largo de los siglos. La herencia de los tianguis es una mezcla de las tradiciones mercantiles de los pueblos prehispánicos de Mesoamérica incluyendo el azteca y los bazares del medio oriente llegados a América vía España.
En el siglo XV, el tianguis se establecía en períodos determinados durante los cuales se reunían los vendedores de los pueblos de los alrededores para ofrecer sus productos en una plaza. El tianguis se establecía en ciudades que tenían importancia, entre los cuales se encontraban los mercados de Huejotzingo, Tenochtitlán, Texcoco, Tlaxcala y Xochimilco.
Y gran número de personas acudían a comprar o vender diversos productos que ase agrupaban por las calles; verduras, hierbas medicinales, frijol, maíz, algodón, aves, peces, loza y alimentos entre otros.
Ahora esta tradición no ha cambiado en nada y cada fin de semana diseminados por la Ciudad se encuentran estos mercados sobre ruedas, aunque en los últimos años en esta Ciudad se han instalado empresas comerciales importantes y tiendas de auto servicio, para fortuna de la gran parte de esta población aun existen los famosos tianguis.
Con gran tradición en el país, ahora los comercios ambulantes se han asentado en los barrios o colonias más populares de la población, con lo cual se facilita las compras de sus consumidores, quienes en lugar de viajar desde sus hogares hasta el primer cuadro de la Ciudad, prefieren hacer sus compras en estos pequeños comercios que se ubican cerca de las plazas, de las escuelas y hasta de alguna que otra iglesia.
Hoy en día, no es necesario buscar un lugar específico para instalarse, ya que los integrantes de estos comercios han acrecentado considerablemente su grupo, por lo cual se han visto en la necesidad de cerrar las calles interiores de colonias como La Libertad, La Paz, Moderna, entre otras.
Dentro de los mercados sobre ruedas usted puede encontrar todo tipo de artículos, es decir, desde calzado, ropa nueva y usada, hasta fruta, herramienta, todo tipo de comida, o lo más novedoso en tecnología, sin olvidar cualquier reliquia que las familias prefieren tirar o deshacerse de ellas.
Además que usted cuenta con la facilidad de concentrar mejores precios si busca y pregunta entre los locatarios, quienes se disputan la compra de sus clientes con especiales rebajas en los costos de la mercancía.
¿A cuánto la naranja maistro?, pregunta una ama de casa que salió muy temprano para comprar su mandado o sus exigencias alimenticias.
“Damos a 15 pesos el bultito, señito”, responde el dueño de la fruta quien se encuentra instalado a orillas de una banqueta y con una camioneta vieja repleta de fruta.
Como en todos los negocios varían y en ocasiones hay días malos y días buenos, comenta Esthela Hernández, quien agregó que en las últimas dos semana el flujo de clientes y el movimiento del comercio se ha visto limitado, es decir ha bajado la afluencia de visitantes y compradores.
Sin embargo llueve, truene o relampaguee, los comerciantes están ahí al píe del cañón, ya que sus ganancias se derivan de los mucho o poco que se venda durante el día.
También existen quienes durante las quincenas, hacen su guardadito y acuden a los mercados sobre ruedas para comprar estéreos o bocinas para equipar sus autos.
De igual manera hay quienes por cuestiones del destino no pueden viajar al extranjero para adquirir juegos electrónicos, o bien otro tipo de juguetes, que se puedan regalar, convirtiéndose así como una buena opción de compra, aun que ahora han sido días malos para el comercio.
LO QUE NO PUEDE FALTAR EN UN TIANGUIS
Y entre vendimia y vendimia no puede faltar los puestos en donde hacen su aparición cualquier tipo de antojito mexicano, preparados con toda la manos de sus propietarios.
Tortas, tacos, gorditas, flautas alegran no solo las mañanas de quien se levanta temprano para acudir al mercado, pero también de los mismos locatarios quienes para no descuidar sus negocios prefieren comer ahí mismo.
También entre los espacios que se crean luego de instalar los locales, la gente puede encontrar un sinfín de curiosidades, hasta hay aquellos comerciantes quienes tienen en venta algodones, fresas con crema, elotes.
TAMBIEN HAY MUSICA
Sin duda alguna, una forma de alegrar el alma en cualquier momento es escuchar música, la cual se disfruta.
Como los estilos nuevos adoptados por los jóvenes de origen colombiano, y del vallenato, quienes también se instalan en los mercados sobre ruedas para deleitar a quienes los buscan, que al final de la jornada representaría una buena ganancia por la venta de su música tan dignamente y sin haber caído o cometido cualquier ilícito, lo cierto es que a pesar de la crisis que se vive, la alegría, el buen humor, y todo lo que se goza al caminar por un tianguis no desaparece porque es la esencia de nuestra alma y la herencia de nuestros pasados, ¿Quién no ha visitado un tianguis?.www.janambre.com.mx