Cd. Victoria.- Por largos años ha estado en la mesa de las discusiones pero jamás las partes que intervienen se ponen de acuerdo.
Hoy, el anteproyecto de modificar la Ley de la Unidad de Previsión y Seguridad Social del Estado se vuelve a manejar como un punto de urgente solución que debe “salir” antes de fin de año.
Sin embargo, y en opinión de muchos, en especial la del maestro Rosendo Gatica, viejo líder de la burocracia, no hay tiempo para hacer la reforma, el año se fue y la legislatura está por colgar sus tenis.
Se trata de ajusticiar a los trabajadores del gobierno con un incremento en las cuotas para el sistema Upysset del seis al doce por ciento.
Pero el problema no está tanto en los trabajadores del gobierno directamente sino en los profesores, quienes son menos “borregueados” que los del SUTSPET.
Desde hace al menos diez años se habla de las reformas, con el argumento siempre de que pronto no habrá recursos para pagar a los jubilados.
El asunto tiene sus asegunes, pero al parecer todo el problema viene por una mala administración y la desmesurada burocracia que impera en la Unidad de Previsión.
Aunado esto a que cada año, con acentuación cada seis, el organismo pierde millones de pesos que se prestan a los funcionarios de confianza de cada administración. Se van y nadie vuelve saber de ellos.
Hoy, los trabajadores aportan el seis por ciento de su sueldo, en tanto que el gobierno pone el diez sobre las nóminas.
La intención de los “operadores” es doblar las cuotas, al doce y al 20 respectivamente.
Pero el ejecute tiene que ser “suavecito”, o sea elevar el pago en varios años pero no más allá de un sexenio, para que “no se sienta duro”.
La versión señala que entre los socios del SUTSPET no hay problema. Uno de los compromisos de “dejar” en la chamba a Blanca Valles Rodríguez, la jerarca, habría sido que entregara a la gente en bandeja de plata.
Y de eso dependerá si a la señora se la autoriza una nueva reelección, para permanecer en la dirigencia por un total de 21 años, “más los que se acumulen” de aquí al siguiente medio siglo.
Una fuente indica que entre la borregada del sindicato no hay problema, los delegados y las bases siguen lamiendo la coyunda. La bronca está entre el magisterio.
Pero a estos les importa muy poco cómo quede los infelices de la burocracia, si ellos, ellos se jubilan con dos plazas cono un monto de hasta los 22 mil 500 pesillos cada 30 días.
Y los que no lo logran, se arriman al Congreso del Estado para que por decreto se les jubile, como han transcurrido ya algunos cientos de ellos.
Los informantes echaron un vistazo a Nuevo León (donde hubo un broncón para aprobar la Ley) y señalan que la gente paga el 12.5 por ciento de su sueldo, en tanto que el gobierno del estado, el patrón, se despoja del 18.7.
Esto significa que allá los burócratas pagan un poquito más, pero el patrón menos.
En lo que seguramente hay que meter mano es en los años de servicios y las edades para merecer jubilación.
Hoy, las mujeres se jubilan a los 25 años y los varones a los 27, “sin tocar baranda”, como se dice, aunque tengan 43 de edad.
La nueva reglamentación impondrá cuando menos 35 años de servicios para retirarse a descansar, porque ahora salen muy jóvenes.
Se habla de cinco mil pensionados o jubilados, lo que representa casi el 50 por ciento de los alrededor de once mil sindicalizados.
A ellos se les paga una millonada en pensión por jubilación, pensión por retiro, por muerte, por indemnización, cesantía y otras derechos que van creando, aparte de los servicios médicos.
Pero por los servicios funerarios de un sindicalizado, se cobra una cuota “especial” de 30 pesos por cráneo, “y a veces nos llegan tres o cuatro por quincena”, como dice una de las víctimas.
Faltaría también regular la burocracia en el organismo, donde hay decenas de jefes que no hacen chamba y cobran muy bien.
Dicen que a Doña Blanca le va a ir muy bien si cuenta con al docilidad de la borregada. Además, luego de 16 años de permanecer en la gerencia, no tiene mucho que perder. Cuando se vaya, si logra la reforma, puede pedir que el Congreso le autorice su jubilación, independientemente de los 22 mil del sistema Upysset.
Pero mire usted que hay quien opina que sería mejor encargarle todo el asunto a una empresa particular. Así, los trabajadores dejarían de pagar a cuando menos 500 zánganos que cobran en la propia Unidad de Previsión con fabulosos sueldos.
Hoy en día, la mayor parte de los servicios se contratan con particulares para evitar la corrupción y burocracia, inclusive hasta los cobros a los que deben préstamos, son particulares.
Los gobiernos ya no organizan casi nada, simplemente concesionan y todo se acabó.
Nos vamos, no sin antes de decir que en el PRD Tamaulipas se avecina una nueva cena de negros para designar al sucesor de Mario Sosa Pohol, mejor conocido como El Ruso.
El mismo Sosa llegó por una decisión de los tribunales luego que en la contienda interna participaron cinco aspirantes y terminaron en un marranero.
Se pone interesante porque los interesados en ocupar la dirigencia todos son gandallas. Luego entonces volverá a ser un pleito entre gandallas.
Mejor nos vamos.