Cd. Victoria.- Cuando el Congreso del Estado iniciaba las “fintas” para la reforma política, apareció por ahí un documento firmado por los representantes de los partidos, autorizando los puntos fundamentales de lo que vendría en los siguientes meses.
Uno de los acuerdos básicos, era la reducción de la clientela electoral del dos al 1.5 por ciento (del total estatal y municipal) para tener derecho a diputaciones y regidurías plurinominales.
Una de las firmas más elegantes fue la de Francisco Javier Garza de Coss, dirigente estatal azul, quien se sumó al “chiquitiaje” para avalar lo que se denominaría más tarde “Ley Gamundi” (Código Electoral).
La noche de este domingo sorprendió que el CDE azul, haya expedido un boletín en que manifiesta que impugnaron el reparto del pastel de las pluris porque quieren más.
Sobre el particular, militantes del “fuego amigo” señalan que el propio Coss aparece como el único responsable del destino que ya alcanzó a su partido.
Al reducir la votación mínima requerida para los escaños en congreso y ayuntamientos, es obvio que llegan más partidos.
Algunos activos azules han calculado que Coss perdió cuando menos una tercera parte de las posiciones municipales que mantenían (donde no son administración).
Pero no solo eso, sino que el señor se ha ganado a pulso la medalla de “enterrador del PAN en Tamaulipas”.
Inmediatamente después que llegó, declaró delegaciones dependientes del estatal, a 22 comités que existían en el mismo número de municipios.
Hasta el año pasado había en Tamaulipas 18 comités municipales del partido. Ahora solo quedan 15, luego que el jovenazo “se sentó” en los de Reynosa, Tampico y Victoria.
Se supone que en los dos primeros, los azules tienen los grupos más numerosos de Tamaulipas, y los mejor organizados.
Cuando llegó Garza, en la entidad había ocho mil 404 militantes activos y 21 mil 271 adherentes.
Ahora, después del cortadero de cabezas que hizo el reynosense, ya no se sabe cuantos quedan. Muchos fueron expulsados, otros se fueron a otros partidos, y la inmensa mayoría simplemente ya no piensa volver a participar en política.
Tampico tenía mil 322 militantes ¿cuántos quedarán?, se pregunta la gente.
Los de Reynosa sumaban mil 241 ¿seguirán la mitad?.
En El Corazón de Tamaulipas, presuntamente la lista era de 644, pero el año pasado el presidente estatal le dio un “bajón” cuando expulsó a decenas que se opusieron a la nominación de Egidio Torre Gómez como candidato a diputado federal por el V distrito.
El sepulturero, o enterrador del Partido Acción Nacional en Tamaulipas, se lleva también los rencores de los muertos: Alejandro Sáenz Garza, fallecido el ocho de enero del 2008, y Alejandro Galván, quien dejó de existir el 22 de noviembre de hace cuatro años.
Del primero, cuyo nombre se impuso al edificio azul del 22 y Berriozábal, Coss ordenó desaparecer la placa alusiva.
Al segundo también, solo insultos a su memoria, cuando se trata de uno de los dirigentes más estimados que tuvo el partido a nivel estatal.
El rencor de los vivos se lo ganó cuando acordó la expulsión por tres años, de los diputados locales: Gelasio Márquez Segura, Alejandro Díaz Casillas, Guadalupe Soto Reyes y Vicente Verástegui.
De ellos, el más “viejo” como miembro del partido, es Gelasio, dado que se inscribió como activo el dos de enero de 1982, después de ser adherente.
Y no se le escaparon elementos como Ubaldo Guzmán Quintero, de Mante, quien era militante desde enero de 1989 y fue acalde y diputado de ese partido.
Expulsó a decenas y se fueron cientos como los victorenses Leticia Navarro García, Guadalupe Pérez Espinoza, Juan García Silva, Manuel Mora Morín, Ascensión Cervantes Silguero.
Cuando está por cumplir su periodo, el señor Coss debe sentirse bastante satisfecho de obtener el grado de enterrador de su partido.
Las delegaciones en tres de los principales municipios panistas ya se oficializaron, no sin antes darse las respectivas protestas de la militancia que creyó en los principios de su partido.
Paco Javier Garza se ha ganado a pulso los rencores de vivos y muertos.
Bien dijo uno de los vivos que, ojalá y su sucesor, le imponga una placa metálica al edifico del directivo estatal, donde se haga constar que Coss se llevó limpiamente el título de enterrador.
Pero ¿quién le ayudó? Presuntamente una mano negra y jarocha.
Variando de tema, pero hablando de las plurinominales, mire que allá en Tula se ganó una regiduría el doctor Manuel Longfellow Martínez, luego de mantener un activismo de 25 años en el Partido del Trabajo.
En esos años de lucha, había sido infructuosamente candidato a todo: diputado local y federal, alcalde, regidor y senador.
Solo se le critica una “cosilla” cualquiera: Su suplente es su esposa Esperanza Cobos Camacho ¿qué piensa usted?.
Si le buscamos, situación parecida se podría dar en las ocho posiciones que se le han entregado a ese partido en el primer reparto del “pastel” plurinominal.
Nos vamos.