Cd. Victoria.- Juventino López Ruiz, dirigente de la Campesina Cardenista lo define muy claramente: Es el «pulpo» de la madera desde hace 50 años y no hay quien lo pare; es evidente que está de acuerdo con la SEMARNAP.
Y agrega: Tal parece que hay contubernio entre madereros y funcionarios para no dejar al campesino siquiera cortar un poste y obligarlo a comprarle a los monopolistas.
Se refiere en concreto a Carlos Díez Gutiérrez, el mayor depredador de árboles en Tamaulipas, Nuevo León y la zona huasteca de San Luís Potosí, para quien sí existen permisos de tala de bosques, en tanto que la autoridad les niega a los ejidatarios cortar chaparros para sembrar.
De acuerdo con la SEMARNAP, están prohibidos en Tamaulipas los desmontes con fines agrícolas, indica el dirigente López Ruiz, pero el señor Díez sigue tumbando árboles inclusive en la área natural protegida de Altas Cumbres, en Victoria
-A ellos no les hacen nada, se dedican a depredar y les vale madre…, señala nuestro informante.
En cambio, comenta, ejidatarios de San Carlos, San Nicolás, Llera y Soto la Marina, entre otros, han sido acosados por la Procuraduría del Medio Ambiente por cortar algunos postes y enfrentan la cárcel.
El caso más dramático se dio en Llera, donde la Secretaría de Hacienda fue a embargar televisores y radios a los productores por desbreñar algunas hectáreas para sembrar maíz y calabaza.
SAQUEA LA RESERVA DE ALTAS CUMBRES
Al ser entrevistados, comisariados de Guemes afiliados a la CNC indican que el mayor empresario maderero trabaja en áreas protegidas, en tanto que a los ejidatarios se les muta incluso por un árbol.
En efecto, Díez Gutiérrez (Coleman), sustrae recursos maderables del área natural «Altas Cumbres», municipio de Victoria y Jaumave, donde tiene su rancho «El Molino».
Pero da la casualidad que dicha región se decretó como protegida por decreto del 19 de noviembre de 1997, para una superficie de 30 mil 327 hectáreas.
El objetivo de los diputados fue: Proteger y conservar las principales cuencas hidrológicas, cubierta vegetal, fauna silvestre y formaciones geológicas y paleontológicas.
Sin embargo, de allí se sigue extrayendo madera todos los días, como lo demuestran los camiones que a diario cruzan por el cañón de La Peregrina hasta la industria maderera «El Roble», propiedad de Carlos, en la colonia México de esta capital.
No solo eso, también obtiene madera del lugar conocido como Puerto de Arrazolo, en la sierra Madre Oriental, en el mismo municipio de Victoria y rumbo a Jaumave, en superficies que se supone son nacionales.
Allí tiene a su disposición nada menos que 17 mil hectáreas que presuntamente fueron propiedad de un militar de apellido Arrazolo, y que hoy detentan algunos campesinos del área pero sin documentos definitivos porque se los ha negado la autoridad agraria.
La denuncia indica que el sector social no puede obtener los permisos, pero sí el magnate maderero. A ellos no se les paga ni el derecho.
De acuerdo con información de la Confederación Nacional Campesina, en Tamaulipas el único maderero en Carlos, aunque existen otros como los Garrido en la zona de Morelos, que se dedica a producir triplay, y otros que compran en pequeño como Oscar González.
Lo más lamentable, dice Juventino López Ruiz, es que continúa el saqueo de maderas en la reserva de El Cielo. Alguien tiene que comprarla y comercializarla, de lo contrario no se daría.
-A los ejidatarios los tienen entretenidos en el corte de palmilla camedor, mientras que continúa el saqueo de cedro rojo.
La palmilla se paga a precios de hambre, en tanto que los acaparadores venden en Estados Unidos pues los derivados se utilizan en la impresión de los billetes americanos.
Según las palabras de López Ruiz, ningún ejidatario recibe permiso para desmontar para sembrar, cuando el gobierno exige que siembren o se les quita el terreno. Es el absurdo, comenta.