Cd. Victoria, Tam.- Síntomas como la falta de autoestima, depresión, insomnio, acentuación de desviaciones en columna, estrías en la piel, dolores en los huesos, pie plano, son algunas de las complicaciones que llegó a presentar el hijo de la señora Rosalba Martínez quien manifiesta que su hijo pesaba 32 kilos a los 7 años y los doctores le decían que el peso recomendado para un niño de su edad y de su estatura, era de 22 kilogramos.
“Yo pensaba que eso era normal porque en la casa todos tenemos sobrepeso, pero me preocupé cuando me mandaron llamar de la escuela y me dijeron que era el niño más obeso de su salón y que algunos compañeros lo molestaban, pero él no me había dicho nada y cuando le pregunté por lo que pasaba y el niño empezó a llorar, me dijo que constantemente lo molestaban, me dolió mucho, pero no quería ver a mi hijo así y tenía que hacer algo”, relata doña Rosalba.
“Fue entonces cuando me dijeron que la Secretaría de Salud contaba con el programa Crece Sano, y como soy una persona de escasos recursos, pues eso me beneficio mucho ya que no me iba a costar nada el tratamiento y atención que le proporcionaran”.
La señora Rosalba continúa diciendo que lo primero que le dijeron en la clínica de Crece Sano del Centro de Salud que se encuentra en la Jurisdicción No. 1 de esta ciudad, era que tenían que reconocer que se trataba de un problema de salud que no era nada más de su hijo, sino de toda la familia, y que todos podían ayudar a su solución.
Luego de un año el niño llegó a su peso promedio y “además todos en la familia aprendimos a tener mejores hábitos alimenticios y una vida más sana”, comenta orgullosa.
Por su parte la señora Silvestra Ruiz García, relata que fue hace más de 1 año, cuando las nutriólogas del programa Crece Sano, visitaron la escuela de su hijo, lo midieron, lo pesaron y lo invitaron a que asistiera a la Clínica de Crece Sano que se ubica en el Centro de Salud, en donde asiste hasta tres veces al mes y lo apoyan para que tome la costumbre de alimentarse bien y practicar algún deporte por las tardes.
Dijo que a los 7 años de edad, a su niño Raúl Echavarría le detectaron sobrepeso ya que pesaba unos 28 kilogramos.
“Nunca me he sentido gordito, pero la doctora me dijo que tenía sobrepeso y que tenía que comer más frutas y verduras y si me gustan mucho pero no las acostumbro a comer seguido y si me gusta venir a las consultas”, dice Raúl quien ahora cuenta con 8 años de edad.
Cuando una persona padece de obesidad y sobrepeso, también puede llegar a presentar hipertensión, colesterol malo y de los triglicéridos, así como el aumento del nivel de glucosa en sangre y a largo plazo, la obesidad podría asociarse con enfermedades cardiovasculares, mal de Alzheimer, osteoporosis y diabetes.
Actualmente el programa Crece Sano mantiene bajo control nutricional a más de 20 mil niños de 5 a 12 años de edad, en los centros de salud de la entidad y clínicas de atención a la obesidad, dijo el doctor Juan Guillermo Mansur Arzola, Secretario de Salud en la entidad quien manifestó que luego de una encuesta realizada a más de 300 mil alumnos en edad preescolar y escolar, se detectó que entre los niños tamaulipecos, predominan las actividades sedentarias aún y cuando más del 60 por ciento practica actividades deportivas, debido a que el tiempo que se destina a esta actividad no es suficiente, en base a las recomendaciones de actividad física para los niños escolares.
Refirió que la alimentación más habitual entre los niños, encontramos un importante exceso de grasas y comidas hipercalóricas, además de un considerable abuso de la comida rápida, debido a que les encantan consumir pastas, pizzas, hamburguesas, que sin duda son alimentos muy sabrosos, pero con demasiadas calorías las que llegan a consumir durante el día.
Las principales recomendaciones, que dependencias como la Secretaría de Salud y bajo programas como el de Crece Sano, es eliminar este tipo de productos de la alimentación habitual, pero no descartarlos como un premio excepcional al esfuerzo de una dieta estricta.
También se deben eliminar alimentos precocinados, como los sándwiches envasados o los fritos congelados, papa, pescado empanizado y congelado, ya que contienen mucha grasa, carbohidratos y calorías.
Otros alimentos que son muy comunes entre los niños y jóvenes son los refrescos gaseosos que también carecen de valor nutritivo y tienen exceso de azúcares, por no mencionar que el gas no es el mejor aliado del estómago y que lo llegamos a consumir para eliminar la sed.
Lo más importante, manifiesta Mansur Arzola, es lograr que los menores adopten la costumbre de consumir verdura y fruta, que son productos ricos en vitaminas, minerales, y en el caso de la fruta, con cantidades moderadas de carbohidratos y azúcares, aunado a que el sistema digestivo lo agradecerá por su importante contenido en fibra, la cual es esencial para combatir el estreñimiento.
Desatacó que lo ideal, sería evitar que el niño llegase a tener un peso exagerado y esto se logra con una alimentación equilibrada, y en caso de que el niño ya presenta un sobrepeso, es necesario realizar varios cambios en su dieta habitual.