Durante 70 años fue la única alternativa caminera entre Tampico y el noreste del país, o bien hacia el sureste.
Durante la administración del Gobernador Manuel Cavazos Lerma fue construida una alternativa y el tráfico pesado fue desviado por el tramo Victoria-Zaragoza, para evitar la temible Cuesta de Llera.
Pero ¿qué fue lo que quedó atrás de ese tramo? dolor y muerte, decenas y tal vez cientos de defunciones.
En el tramo carretero solo quedaron las cruces, y a veces ni ellas porque la mano del hombre las destruyó.
Nadie sabe con precisión cuantos muertos dejó la cuesta. Vecinos de Llera indican que posiblemente 250 o más, pero es riesgoso decirlo.
Al entrar en servicio el nuevo tramo carretero, hace ya más de diez años, el tráfico por la cuesta disminuyó hasta en un 80 por ciento y solo ocasionalmente se reporta algún deceso.
El Suboficial Sandro Ayala Rodríguez indica que por lo general se trata de salidas del camino y volcaduras.
Reitera:
-Póngale ahí que la mayor parte de los accidentes ocurren cuando llueve; se salen del camino por manejar a velocidad inmoderada. Y de los camiones, pues por el exceso de velocidad y a veces los choferes se quedan dormidos…Sí, se quedan dormidos.
26 MUERTOS EN CINCO KILOMETROS
La carretera VIEJA fue construida a finales de los veintes y entró en servicio allá por 1930, como parte de la ruta México-Nuevo Laredo. Cuenta en total con 85 curvas en un tramo de 60 kilómetros.
Autorizada para carga y vehículos particulares, fueron cientos, tal vez miles los accidentes que costó, muertos, lesionados, daños materiales. Registró uno de los más altos promedios kilómetro-fallecimientos.
En menos de cinco mil metros encontramos, en dos accidentes, la muerte de 26 personas.
Aunque no hay datos fidedignos, en ocasiones las cruces son el mudo testigo de lo que allí ocurrió. Ciertos familiares lo recuerdan, otros no.
Murieron personas de muchas partes de la República, no solo de la región.
Pero es indudable que el tramo le costó más vidas a los hijos de Llera. Fueron muchas las lágrimas derramadas por las tragedias, y el dinero que gastaron los familiares. Las líneas de camiones todavía tienen adeudos, nunca pagaron por los seguros de vida.
En esta cuesta maldita ha quedado penetrado el olor a muerte.
El tráfico sigue, pero principalmente vehículos livianos. La carga pesada toma la vía corta a Tampico.
LAS TRAGEDIAS MAS GRANDES
Un monumento, una columna rota, nos dice que ahí falleció el 19 de enero de 1975 el dirigente estatal de la masonería, el abogado Armando López Pompa.
Se salió del camino en el kilómetro 174.5, en la última curva, ya casi para llegar al crucero de Llera.
Ahí mismo, el 31 de marzo de 1993, colisionaron un trailer de doble remolque y un autobús de pasajeros. Fallecieron en total 13 personas, en una de las más conmovedoras tragedias que enlutaron al pueblo de Llera. Casi todos vivían ahí.
Fue cuando las autoridades comenzaron a elaborar el proyecto para desviar el tráfico y evitar el cuesta de Llera.
Para hacerse realidad, hubieron de transcurrir exactamente siete años, tiempo en que murieron todavía decenas de personas más.
La burocracia avanza muy lentamente y fue por eso que la ruta Victoria-Zaragoza entró en operación en marzo del 2000.
Otro accidente que enlutó hogares tamaulipecos, fue el ocurrido la Semana Santa de 1983 en el kilómetro 179, cuando un autobús exclusivo atestado de petroleros, se fue al voladero de la curva La Papaya.
Trabajaban en Cadereyta, N. L., venían tomando alcohol y se dirigían a ciudad Madero a visitar a sus familiares con motivo de los días feriados. Trece de ellos no alcanzaron a llegar.
Se dijo que el chofer también venía borracho, junto con los pasajeros.
Aunque los entonces poderosos líderes petroleros Joaquín Hernández Galicia y Salvador Barragán dijeron que jamás olvidarían a sus compañeros idos, hasta las cruces han desaparecido del lugar.
En otros tiempos, los accidentes ocurridos en la cuesta llegaban a 60 por año con varios muertos. Ahora solo queda el olor a muerte, aunque sin descartar algunos accidente.
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