(Segunda parte)
Cuarenta años atrás nadie quería ser director de la naciente Escuela Libre de Derecho de ciudad Victoria. Ahora muchos abogados quisieran serlo.
Pero dejemos que Don Alfonso Pesil Tamez lo manifieste, según entrevista que cocedió antes de su fallecimiento.
-Para la fundación solo una vez pedimos recursos y con eso sostuvimos cuatro años a la escuela. Nuestro problema fue conseguir el director.
Para la escuela de Agronomía le pedimos ayuda por fuera a los tamaulipecos distinguidos que estaban fuera del estado, y nadie respondió.
Al ingeniero Marte R. Gómez, que era egresado de una escuela de agronomía como Chapingo, le envié una carta pues mediaba amistad con él y había sido mi jefe cuando yo fui empleado de gobierno.
Me contestó con una carga que figura en el libro de correspondencia y, el caso es que salí regañado. Me decía que primero había que atender los problemas de los campesinos y quién sabe qué otras cosas
Bueno, salí regañado y el día que iniciaron los estudios de Agronomía él era invitado y a mi no me invitaron.
Regresando con Leyes y el problema de nombrar Director, Pesil retoma.
-Después de Juan Guerrero y Juan Fidel, fuimos a ver a Pancho Hernández García; me acordé que estaba sin trabajo y que una vez había sido nombrado director de la Normal y Preparatoria y se frustró porque los alumnos se le pusieron en huelga y no lo dejaron tomar posesión y dije: Es una oportunidad para que se saque la espina y que mate la lombriz…Era un castigo que él traía.
Fui a verlo, estaba en el sótano de su casa, donde tenía su despachito y pues me dice:
-Solo que me ofrecieran un sueldo atractivo.
-Bueno, lo más que podemos ofrecer son tres mil pesos mensuales.
-No, no, lo menos que puedo yo aceptar serían cuatro mil.
-Bueno, aceptado.
Siguen los comentarios del periodista y director de teatro:
-Seguimos haciendo presión y llegó el momento de que ya estaban próximos a terminar sus estudios los primeros alumnos y no tenían reconcimiento, no tenían validez oficial los estudios de la facultad y entonces me dirigí al Gobernador del Estado pidiéndoselos, pero fue negativo por la presión de la Universidad, donde el rector era Eduardo Garza Rivas que nos combatió hasta morir y, entonces, convoqué a una sesión para informar a la comunidad y pedir que hiciéramos una manifestación para presionar.
La asamblea la celebramos en el local de la CANACO, que siempre ha trabajado con nosotros. Se llenó el local, se llenó la banquera, el arroyo de la calle y la banqueta de enfrente y desde allá la gente decía: Pido la palabra!.
Había un ambiente muy caldeado, tan caldeado que me mandó llamar el Gobernador, Manuel A. Ravizé, que era muy amigo mío. Me mandó llamar con Domingo Kuri, que era el jefe de la Judicial y me dijo.
-¿Que vas a hacer una manifestación?
-Sí.
-¿Qué tanta gente puedes reunir?
-Pues mira, entre estudiantes de enseñanza superior y media suerior se juntan aproximadamente tres mil y agrégale el papá y la mamá y un hermano en promedio. Fácilmente se juntarán diez mil personas.
-Si tu juntas diez mil, yo te puedo juntar 50 mil –respondió Ravizé-.
Pero antes, a su llegada, el Gobernador le había dicho a Pesil.
-Te mandé llamar porque anda por aquí un agente de Gobernación.
-¿Y luego?
-Eso es peligroso para tí.
-¿Por que para mí?
-Te van a reportar que estás provocando una agitación.
-No, qué bueno que haya uno de Gobernación… La gente va a decir la verdad y a informar que los diez mil que pueda juntar vienen espontáneamente y los 50 mil que tu traigas vienen pagados.
-Contigo no se puede.
-El que no quiere resolver el problema eres tú.
-No me digas eso.
-Te faltan … (aquellos).
-No me digas eso (y gritaba Ravizé).
Fueron tantos los gritos que el jefe de la Judicial, Domingo Kuri, abrió la puerta del despacho y entró tratando de desenfundar su pistola.
-¿Y tu que buscas payaso?, le dijo Alfonso.
Entonces, el Gobernador le dio la orden al jefe policiaco de que se retirara, que no pasaba nada.
Y continuaba Don Manuel Ravizé.
-Es que me tienes en un callejón sin salida.
-No lo resuelves porque no quieres, le contestó Pesil.
-Ponte en mi lugar nada más para que veas.
-No tiene ningún chiste lo que debes hacer.
-¿Qué harías? ¿qué harías?
-Tu tienes en Tampico dos amigos muy queridos: Raúl J. Rocha y Enrique Luengas Piñeiro, los dos abogados ¿sí o no?
-Claro que sí, son de toda mi confianza.
-Son los que manejan al Grupo Rojo de la facultad de Derecho en Tampico y son los que están haciendo este problema.
-Eso sí es cierto.
-Bueno, háblales , ahí está el teléfono y diles que si son tus amigos que calmen esa situación y te ayuden a resolver el problema, porque de otro modo se va a ir agravando porque esta gente (de Victoria) ya está muy caliente.
-¿Tu crees que sea suficiente?, preguntó el Gobernador.
-Pues mide tu influencia sobre ellos.
El abogado Hector Tejeda Rodríguez, ya jubilado, es el Decano de la facultad, ahora Unidad Académica Multidisciplinaria de Derecho y Ciencias Sociales (se le impuso y luego se le retiró el de “Francisco Hernández García.
Indica que él llegó a la facultad en 1972 cuando arrancaba el quinto año de la carrera, que entonces era anual.
En 1994 se hizo una revisión del plan curricular, dando como resultado que se adoptara el plan semestral.
Tejeda duró ocho años como Director y recuerda entre los catedráticos de entonces a Manuel López Padrón, al propio Juan Guerrero y a Juan Fidel Zorrilla, que habían rechazado ser directores. También a David Méndez Rodríguez.
-Soy el decano de la facultad, manifiesta Tejeda.
El hecho es que, a partir del reconocimiento de junio de 1970, el gobierno del estado le asignó un subsidio a la Escuela Libre de Derecho.
Más tarde se les prestaría el edificio que pertenecía a la llamada Sociedad de Asistencia Infantil de Tamaulipas, donde ahora funciona la preparatoria Jaime Torres Bodet, que indebidamente el gobierno del estado había «donado» a la Universidad.