Causó asombro y desconcierto la decisión del Tribunal Electoral del Estado de anular la elección municipal de Río Bravo, y obligar a que se convoque a nuevas elecciones en un término de 45 días.
Claro que también es algo inédito en nuestra tierra cueruda. Jamás de los jamaces se han realizado elecciones extraordinarias en un municipio.
¿Qué fue lo que obligó tomar esa postura? ¿realmente el proceso fue un cochinero? ¿los magistrados se quisieron adelantar a lo que podría decidir el TRIFE? Está en chino predecirlo.
Se esperaba que los magistrados apoyaran la resolución que dio el comité municipal electoral con el respaldo del IETAM, y solo esperar una apelación del Partido Acción Naicobal ante el Tribunal Federal Electoral.
Y es que, en Río Bravo, las autoridades electorales le habían dado la presidencia al aspirante del tricolor y su alianza, Roberto García Martínez.
Pero hora sí que Marcia Pérez Cantú, presidenta del órgano colegiado, “destanteó” a los comunicadores y analistas políticos.
El dato dice que, la noche del cuatro de julio, allá en Río, el PAN y su candidato Diego Guajardo Anzaldúa iban ganando con tres mil 763 votos según los resultados del PREP.
Pero el día que se hizo el cómputo final oficial, el jueves siguiente, después de contar voto por voto y casilla por casilla, al final el PRI salió ganador con una diferencia de 161 votos.
Acción Nacional resultó con 15 mil 829 sufragios, y su contrincante con 15 mil 990, según el resumen que emitió el comité electoral de aquel municipio.
En un principio se había dicho que el cochinero fue de los azules que “taquearon” al por mayor e hicieron chapuzas mil ¿así fue realmente? Ahora se pone en duda y se piensa que hubo acciones ilegales de ambos partidos.
Tal vez, y esto es lo más probable, es que los del TEE quisieron adelantarse a una posible resolución de la Sala Regional del TRIFE en Monterrey (o la sala general), y decidieron quitar la bandera a los panistas.
Sí, como lo escucha usted ¿aún así van a apelar los del PAN? ¿van a impugnar que el Tribunal anuló la elección? ¿se van a rajar a ir a nuevos comicios?.
No dude usted querido lector que Acción Nacional sí vaya a impugnar la anulación. Pero mire que será muy difícil que la decisión le sea rebatida a los magistrados estatales.
Si hubo un cochinero, los partidos deberán ir de nueva cuenta a una elección. De eso no cabe duda.
Sin embargo, en las primeras de cambio, las opiniones azules son de que esperan que el TRIFE les de el triunfo en la mesa, y asunto arreglado, no van a una nueva elección.
A estas alturas ya todo puede esperarse, y no solo de los magistrados locales sino de los federales. No se duda que le den la razón a los azules.
Pero para entonces ya será demasiado tarde porque el tiempo se agota.
Mire, según el Código Estatal Electoral, el IETAM debe convocar a elecciones extraordinarias en 45 días.
Esto significa que tendremos comicios en Río Bravo allá por el siete de noviembre, que es domingo, luego de otra intensa campaña de proselitismo.
Lo que está en veremos, es si una vez que el PAN presente apelación a la justicia federal, se debe detener la convocatoria para las nuevas elecciones.
Ahora bien ¿a quién van a postular los partidos políticos para la alcaldía?. Se supone que a los mismos candidatos. Se enfrentarían en las urnas por segunda ocasión Juan Diego Anzaldúa y Roberto García.
Está en chino entenderlo.
No conocemos todavía la resolución completa del TEE, pero se supone que hubo mucho manoseo en los resultados.
En fin, cada que pasan los años vamos viendo situaciones inéditas en los asuntos electorales de Tamaulipas.
Nunca se ha visto una elección extraordinaria, ni estatal ni municipal.
La última anulación sucedió en Soto la Marina en 1983, cuando el Congreso del Estado, convertido en colegio electoral, designó un Concejo Municipal que se hizo cargo del ayuntamiento.
Era la época chicharronera de los Gobernadores. Se hacía lo que ellos querían, aun violando la Ley.
También vimos concejos en la época de Enrique Cárdenas González en Reynosa, cuando Ernesto Gómez Lira se quedó en la presidenca, y en Altamira, cuando el entonces Gobenador colocó como alcalde a su jefe de prensa, Rogelio Rodríguez González.
Pero definitivo que nunca se había visto una elección extraordinaria.
Ya veremos qué pasa.
Y mire que de los restantes siete dictámenes aprobados por los magistrados, ya nadie les hizo caso. Todo favorecen a los tricolores.
Nos vamos.