Algo debe andar mal, algo no debe estar funcionando bien, o cuando menos funcionando como se planeó.
Estamos a un mes y días de lo que se ha llamado “la gran fiesta” del Bicentenario de la Independencia, y es tiempo que no sabemos de los festejos que se realizarán en Tamaulipas, o sea las actividades propias de lo que son los doscientos años del inicio del movimiento armado.
Nada se sabe, ni cuantos días festejaremos, ni cómo ni cuándo ni dónde, de perdido para estar presentes.
Si no sabemos datos de los eventos de Independencia, menos nos han informado el primer centenario de la Revolución Mexicana, que será en noviembre.
Algo debe estar fallando y bien podría ser el Comité Organizador que coordina Doña Libertad García Cabriales y la burocracia que impera desde noviembre del 2007, cuando por decreto se creó el organismo.
Menos sabemos de los presupuestos que se están gastando desde entonces, y el total que se erogará hasta después de noviembre del 2010.
Mire que mas bien sabemos de otras entidades, como Chi huahua, donde habrá un encuentro deportivo de fútbol americano de la NBA, pero no de Tamaulipas.
Doña “Libi” no ha dicho nada, de perdido para que los tamaulipecos nos preparemos para “festejar” y “gritar”.
No se sabe donde será el evento central, de si en Palacio de Gobierno, o bien en 22 Hidalgo (monumento del primer centenario), o en el llamado Parque Bicentenario, allá por el libramiento Naciones Unidas y prolongación Boulevard Balboa.
Algo debe estar fallando puesto que García tiene presupuestos ilimitados e inclusive cuenta con los servicios de un exclusivo departamento de Comunicación Social.
No se sabe si habrá una “velada literaria” o una “guerra de flores” como sucedió hace cien años, o de perdido una exposición industrial y ganadera, como entonces.
Nada sabemos de parte del Comité del Bicentenario, y como decíamos, más sabemos de lo que sucederá el mero 15 de septiembre por la noche en tierras vecinas.
No sabemos si las llamados “comités municipales” de los Bicentenarios están trabajando, que lo más seguro es que no, si los alcaldes andan más preocupados por conseguir billetes para pagar la nómina que programando resumideros.
Todo supone que los genios de la organización no supieron motivar ni a la empresas privadas ni a la sociedad civil para que participaran.
No vemos en la ciudad nada alusivo a los bicentenarios, ni siquiera de parte de empresas cerveceras y cocacoleras (que para eso se pintan solas y manejan buenos recursos).
En lo particular del municipio de Victoria, no sabemos que se haya reunido una sola vez el sector de la “sociedad civil” de la Comisión Organizadora.
Tal vez se deba a que el alcalde Arturo Díez les debe lana como proveedores, pero se desconoce por ejemplo, si Don Antonio Carcur Carcur o Don Francisco Anzures González han cumplido con el desempeño de integrantes del comité.
Se supone que los “civiles” son en número de 30, pero también parece que se da el nepotismo, porque mire usted que encontramos como miembros de la comisión a toda una familia: Manuel Corcuera Montemayor, Brígida Montemayor de Concuera y Gabriela Concuera Montemayor ¿No hay más gente en el pueblo?.
Se nos hace que el señor Pedro Etienne Llano, perredista residenciado en la ciudad de México (asesor), ni siquiera tiene conocimiento que forma parte del Patronato de los Bicentenarios en Victoria.
Ya solo falta que, ante las críticas, Doña Libi solo declare que no da a conocer las actividades por realizar –y realizadas- por motivos “de seguridad”.
Debe andar mal algún tornillo del engranaje ¿cómo va a “celebrar” la gente si no sabe nada? ¿En dónde vamos a celebrar? ¿Con quién?.
Por cuenta propia sabemos que en el Parque Bicentenario arranca a pasos agigantados la construcción de un Monumento del Bicentenario que tendrá una altura de 50 metros, pero oficialmente nadie comunica.
Alguien decía que –al menos por conocimientos documentales- hace cien años había más interés y emoción de los victorenses y tamaulipecos en general por participar en los eventos festivos del Primer Centenario de la Independencia.
Pero claro, esa motivación se despertó de alguna manera, porque entonces también había jodidos y violencia, aunque la población era menor.
Mientras no haya información oficial de parte de Los Bicentenarios, aquí seguiremos adivinando y especulando sobre qué podría suceder y cuántos días estaremos enfiestados.
Aquí seguimos preguntando si habrá el palo encebado, carrera de costales, carreras de burros, el gallo enterrado, concurso de balero y trompo, o bien concurso de tragones de tacos de la estación.
En lo particular, y me pregunto si habrá alguna carrera pedestre o de resistencia para escalar corriendo los 13 pisos de la Torre de Cristal ¿Hasta lo deportivo se les olvidó?.
Hay la sospecha de que celebrar un centenario y un bicentenario no es recolectar la basura del pueblo.
Mejor nos vamos.
Las fiestas del Centenario de la independencia de México fueron un éxito en Ciudad Victoria y en todo el país en razón a que la «paz porfiriana» había traido paz y progreso al país después de más de cincuenta años de guerras, algunas entre nosotros mismos y otras en contra de extranjeros. El pueblo todo, los pobres , los medios y los ricos, sentían que había algo que festajar. Hoy es distinto. El triste panorama que se vé en Tamaulipas es el de todo el país. El desencanto es total. No estamos para fiestas. El sentir de la opinión pública es que el comité de festejos en Tamaulipas no ha hecho nada. Y lo peor de lo peor es qué lo que haya realizado, que no se sabe, es que se cree que no ha hecho nada. Y para rematar, la sospecha de que hay malos manejos en el enorme presupuesto asignado. Algo faltó, aparte del desencanto general. Tal vez la excesiva cortesanía de Libertad García que le resta credibilidad. Tal vez no dejaron actuar a dos elementos capaces como son Francisco -Paco- Ramos Aguirre y mi exalumno en la Ibero Carlos Quiroz. No lo se, pero estás fiestas no se recordaran.