Fue presidente municipal en el periodo 1978-80, cuando el presupuesto de la capital era de apenas de unos cuantos pesos. Sabe como se manejan y administran los recursos del erario público.
Con esa autoridad, Bladimir Joch González da su opinión respecto a la deplorable situación de calles e infraestructura urbana en que se encuentra la capital: “Victoria no merece estar tan abandonada”
-¿Mala administración del alcalde Arturo Díez Gutiérrez?
-Bueno, ahí no podría decir que es lo que pasa, pero algo está pasando. A lo mejor hace falta que se muevan un poquito más los responsables de las áreas, en fin…
Manifiesta que en aquellos tiempos había menos recursos que ahora. No había ningún impuesto directo; el predial era del Gobierno del Estado, y de los servicios, Tránsito por ejemplo, también.
Joch fue el fundador del sindicato de trabajadores del ayuntamiento y, como alcalde, logró que el Congreso del Estado aprobara la creación de gremios en los municipios con mayores ingresos.
El sindicato se creó en 1978, “en el primer año en que llegamos”, y desde entonces se establecieron dos aumentos salariales durante el año para los trabajadores, como ahora.
Nunca regateó los pagos para el personal y, de entrada, en ese mismo año elevó de 700 a tres mil pesos el sueldo de los empleados de limpieza, que eran los que menos ganaban.
-¿Las necesidades de la ciudad eran la mismas?
-Los servicios siempre han sido los mismos: Alumbrado, limpieza, bacheo, calles.
-Los egresos ¿No están etiquetados?
-Desde luego. El presupuesto se autoriza a finales del año anterior para ejercer en el que está en curso.
-La ciudad abandonada ¿Qué estará pasando?
-Pues realmente sí, las calles están destrozadas pero no se lo que estará pasando realmente. En aquel tiempo el bacheo no representaba un problema para el ayuntamiento. Las cuadrillas las integraban empleados del municipio que estaban en la nómina, y el asfalto que se utilizaba lo entregaba PEMEX al ayuntamiento como una compensación por las pipas y camiones que utilizan las calles de la ciudad. Prácticamente no costaba el bacheo.
-¿Ya estaba el slogan de Ciudad Limpia?
-No, pero la ciudad sí estaba cuidadita y no teníamos ingresos propios como ahora.
-¿Solo participaciones?.
-Nada más…Lo que cobraba el municipio era mínimo.
-¿Había que hacer malabares?
-Sí señor. El presupuesto al entrar en 1978 era de 18 millones de pesos de aquel entonces, y la mitad eran para sueldos y gasolina y teléfonos.
-Pero el congreso autoriza un límite al gasto corriente ¿No es así?
-Está muy claro lo que es para obra pública.
-¿El 18 por ciento para personal?
-No se ahora como está porque se han dado modificaciones, pero todo va etiquetado.
HABIA BACHES, PERO SE TAPABAN
A pesar de las penurias que en aquellos años realmente calaban a los ayuntamientos, Joch supo realizar obras que todavía perduran y están en servicio. Cuidó el recurso dedicado a la inversión.
Los datos de archivo señalan que los ayuntamientos deben gastar un máximo del 18 por ciento de su presupuesto en personal.
Pero el de Victoria dedica hasta el 90 por ciento, según las declaraciones del alcalde Díez Gutiérrez, en que se incluyen los dos incrementos anuales de los empleados agremiados.
-En la época ¿ Falta gestión de recursos?
-Ahora hay programas federales etiquetados para determinada obra, pero hay que presentar los proyectos para que los autoricen. En aquel entonces no había ni eso, teníamos que buscar, se gestionaba una obra directa con el estado o a través del estado con la federación.
-¿Algunas obras de su administración?
-Dos mercados, pequeños, el de la Nacozari y de la colonia Tamaulipas, y el mercado de Abastos. Todos con recursos propios del ayuntamiento, sin hipotecar la hacienda pública, sin pedir prestado. Porque se ha estilado que casi todos los mercados se hacen con créditos de Banobras. Aquí se hizo todo con recursos propios para no dejar deuda. También se hizo el rastro y el panteón, allá en la Libertad.
En aquellos años había baches como en toda época, pero la labor de taparlo era permanente.
Dice Joch:
-Traíamos cuatro cuadrillas de bacheo trabajando al mismo tiempo. La ciudad se dividió en cuatro áreas para que cada una de responsabilizara un cuarto de la ciudad. Trabajaban y se les pagaba permanentemente como empleados del ayuntamiento.
-Para los que vienen, el futuro alcalde ¿Qué les recomendaría?
-Ells deben traer ya su programa muy avanzado, o aprobado prácticamente, pero nada más que le echen muchas ganas. Eso no es mucho chiste, no´más de echarle muchas ganas.
-¿Ya había sindicato?
-Sí, inclusive a mi me tocó crearlo.
-¿Las exigencias eran las mismas?
-Yo presenté también al Congreso iniciativa para que se crearan los sindicatos en los ayuntamientos.
-¿Como diputado?
-No, siendo alcalde.
-¿Protegió los derechos de los trabajadores?
-En aquel tiempo les dábamos dos aumentos de sueldo por año. Cuando llegamos, los de limpieza ganaban 700 pesos por mes, que no era nada, y desde el inicio se les empezaron a pagar tres mil y de ahí para arriba a los empleados. Con 700 no podían vivir.
-¿Control de las compensaciones de los funcionarios?
-Sí claro, los sueldos estaban apegados al presupuesto que teníamos y al trabajo que desempeñaba cada quien.
-¿Qué le dice alcalde que viene? (Miguel González Salum)
-Que les deseo la mejor de las suertes a quienes vayan al ayuntamiento, porque Victoria no merece estar tan abandonada
-¿Y a los que se van? (Arturo Díez Gutiérrez)
-Pues también, todavía les quedan varios meses…Sí, Victoria no merece tal abandono.