Apenas el domingo trepó al micrófono y habló de sus sueños para con Tamaulipas. Hoy, en su ataúd, recibió el último adiós del pueblo y la militancia priísta que creyó en su proyecto.
El malogrado candidato priísta a la gubernatura, Rodolfo Torre Cantú, se despidió en el mismo escenario, Polyforum Victoria, allí donde efectuó tantas jornadas de proselitismo y despertó la esperanza entre los electores de que se puede gobernar y hacer bien las cosas.
Entre lágrimas y lastimados en el alma, hombres y mujeres de la militancia y dirigentes exigieron justicia y castigo para los delincuentes.
Apenas el domingo, Enrique Blackmore Smer, su cercano colaborador, estaba a su lado entregándole las hojas de su discurso. Ahora también está su lado, pero en su ataúd acompañándole al viaje a la eternidad.
Y así como en vida fueron su guardia personal, también en la muerte parecen cuidarle sus movimintos los elementos de seguridad Rubén López Zúñiga, David López Catache y Luis Gerardo Sotero.
“Ellos acompañaron a Rodolfo en su último trágico viaje”, diría el Gobernador Eugenio Hernández Flores.
Cinco féretros, cinco cadáveres cuya muerte espera justicia.
El mismo escenario de gloria es hoy de luto y dolor. Allí fue ungido como candidato del PRI al gobierno de Tamaulipas; allí se le dio su último Adiós.
Pero ese dolor y agravio no solo es para los tamaulipecos sino para el priísmo nacional, cuyas representaciones vinieron a sumarse a la consternación de la militancia local.
Al acto luctuoso asistieron 15 gobernadores. Ellos son, los de Colima, Coahuila, Durango, Hidalgo, Chihuahua, Estado de México, Nayarit, Nuevo León, Querétaro, Quintana Roo, San Luís Potosí, Sinaloa, Tabasco, Veracruz, y la gobernadora de Yucatán.
Los líderes nacionales de los sectores y estructura del partido tricolor: De la CTM, Joaquín Gamboa Pascoe; CNOP, Marco Antonio Bernal; CNC, Cruz López Aguilar; del Movimiento Territorial, Carlos Flores Ricos; del Frente Juvenil Revolucionario, Caneck Vázquez Góngora.
Ellos todos encabezados por su jerarca Beatriz Paredes Rangel, quien llegó desde el mismo lunes apenas unas horas después del asesinato del candidato tricolor.
Y vinieron al funeral los dirigentes de las cámaras del Congreso de la Unión: Manlio Favio Beltrones y Francisco Rojas Gutiérrez.
Luto nacional que congregó además de los dirigentes de organismos sindicales como el gremio petrolero, Carlos Romero Deschamps, y de la FSTSE, Joel Ayala Almeida.
Y los candidatos a las gubernaturas de Chiapas, Quintana Roo, Puebla y Veracruz que, al igual que Rodolfo (su nombre está en las boletas), serán votados este cuatro de julio.
Segundo acto luctuoso en una semana que concentra además a los ex Gobernadores Tomás Yarringtn Ruvacaba, Manuel Cavazos Lerma y Enrique Cárdenas González. El otro fue por fue el fallecimiento del ex Gobernador Américo Villarreal Guerra.
QUE HELICOPTEROS NO SOLO SEAN PARA LA FOTO
A media mañana los helicópteros revolotean sobre el espacio de El Corazón de Tamaulipas. Unos traen a los invitados, otros tiene la misión de vigilancia.
Adentro, cinco mil sillas no son suficientes para recibir a los dolientes de todos los rumbos del país. Cientos más quedaron de pié.
Pero eso no es lo que quieren los priístas, no quieren “helicópteros para la foto”, dice el diputado federal Edgar Melhem Salinas, quien fue muy cercano colaborador del finado Torre Cantú.
-Ahorita vemos helicópteros y retenes por todos lados, pero no se debe tratar solo de una medida mediática por las circunstancias lamentables que hemos vivido los tamaulipecos. Creo que deben ser medidas permanentes.
Ni batucada ni festejo, solo caras tristes. Sobresale en el escenario el emblemático moño luctuoso, y las flores y las coronas que llegaron de todas partes y enviadas por muy diversas organizaciones y personas.
Hecho inédito que también agotó el abasto de coronas de la ciudad: Se recibieron 178, unas en la funeraria, otras directamente al recinto del homenaje de cuerpo presente.
Ordenadas por poderosos dirigentes del Revolucionario Institucional como Joaquín Gamboa Pascoe, dirigente nacional cetemista, o Joel Ayala, líder de la federación de la burocracia federal.
O por colonos admiradores del doctor Torre, como la colonia Moderna de ciudad Victoria, “seccional 1681-D”.
De alcaldes de los municipios, “grandes” y “chicos”, caso específico el Bustamante, allá donde Rodolfo vio el encuentro futbolero de México-Francia.
Coronas que enviaron los Gobernadores, de Peña Nieto, del Estado de México, y del gobierno de Durango, o de organizaciones como la CTM de Nuevo León y el PRI estatal de aquella misma entidad.
Envíos florales de los dirigentes de los partidos políticos que juegan en coalición con el PRI: De Jorge Emilio González, del Verde Ecologista, y de Jorge Kawahchi de Nueva Alianza.
El mismo “Niño Verde” dijo a la prensa: Se requiere la unión de todos los mexicanos para combatir al crimen organizado, nunca agachar la cabeza.
Reiteró:
-Esto (la muerte de Rodolfo) es un golpe muy importante en contra de las instituciones.
Y el también diputado Emilio Chuayffet Chemor, ex Secretario de Gobernación y ex Gobernador del estado de México.
-Esto nos hace –voy a decirlo- vivir con miedo.
ERA EL DOCTOR DE LOS COLONOS
Abundan los trajes negros, pero ellos, los colaboradores de Rodolfo, siguen con su camisa blanca y pantalón caqui, así como lo acostumbraba el doctor.
Pasadas las doce y 30, entre un mar de gente, llegan los féretros para su última visita al centro de convenciones. En vida se reunieron infinidad de veces, ya con los profesores, las mujeres o la estructura gremial de la UAT.
Están los candidatos a alcaldes y diputados, y los coordinadores de la campaña del malogrado candidato. Ellos y sus amigos y familiares cargan el féretro, los féretros donde yacen los restos mortales del equipo que laboró 50 días de intensa campaña.
El Gobernador Eugenio Hernández Flores con su esposa Adriana y la familia Torres de la Garza
Los aplausos son interminables y al centro, allá entre los colonos, se deja escuchar la insistente voz.
-Justicia…Justicia! Justicia!.
Por primera vez una música: Es la de campaña que deja escuchar las palabras “por la paz y la tranquilidad, por un estado brillante”.
Hernández Flores al micrófono: “En Tamaulipas estamos consternados y profundamente agraviados”.
Transmite sus condolencias a las familias Torre y Blackmore; a las de los agentes de seguridad muertos en el cumplimiento de su deber.
Dice Eugenio:
-Rodolfo creía en la buena política. Siempre privilegió la política del juego limpio. Dio todo su esfuerzo y más por esta tierra que lo vio nacer y por la que luchó siempre.
Y los colonos:
-Rodolfo Torre no ha muerto…Justicia! Justicia!.
Establecen que “era el médico de los pobres” y confían en que “vendrá por sus criminales porque cayó muerto boca abajo”.
A nombre de la familia, Egidio Torre Cantú externó la gran pena que viven:
-Nos partieron el corazón!…Nos partieron el alma!.
Y las guardias de honor: 13 en total, frente al féretro de Rodolfo, el de Enrique Blckmore y de los demás caídos.
La guardia de los gobernadores, de los dirigentes, los colaboradores de campaña, diputados y senadores, la familia Torre.
-Los colonos también queremos hacer guardia!, y la hicieron más tarde.
Entre lágrimas e indignación, el cadáver es trasladado a la carroza por sus colaboradores, como Manuel Muñoz Cano, Antonio Martínez Torres, Pablo Zárate.
Los restos son llevados a la iglesia Catedral para una misa de cuerpo presente.
Es el último Adiós para quien representó una esperanza para Tamaulipas, para lo cual prometió poner “todo mi esfuerzo y más”.