Faltan 20 días para las elecciones, y de antemano surgen los comentarios de la cifra de votos con que ganará el Partido Revolucionario Institucional y su candidato Rodolfo Torre Cantú.
La apuesta ya no es si van a ganar, sino por cuantos sufragios.
El dirigente tricolor, Ricardo Gamudi Rosas, dice que tiene un padrón de más de 600 mil afiliados, pero ¿todos van a votar por el PRI? Sería muy optimista, observando los vaivenes y escurrimientos de la militancia. No todos los enlistados votan por su partido.
Para colocarnos mejor en el escenario, mire que en el 2004, el PRI y su candidato Eugenio Hernández Flores se llevaron la friolera de 621 mil 690 sufragios, que representaron el 57.6 por ciento de los emitidos.
El más cercano competidor, el PAN, obtuvo en esa fecha 339 mil votos, que representaron el 31. 4 por ciento.
En una elección para Gobernador, en la historia de Tamaulipas, ese ha sido el máximo clientelismo para los azules.
Pero hoy, las encuestas de instituciones serias, señalan que el PRI y su candidato se podrían llevar hasta el 70 por ciento de los sufragios emitidos en las urnas.
Cuando Tomás Yarrington fue candidato en 1998, los tricolores acumularon el 53.6 por ciento de la clientela, contra el 26.0 de los azules.
Claro que el padrón electoral va en incremento, pero los porcentajes de afluencia a las urnas seguiría siendo el mismo.
Los conocedores señalan que, conservadoramente, el resultado del 2010 podría ser similar al que se dio en 1992.
Para ser claros, en esa fecha –hace 18 años-, los azules obtuvieron el 22 por ciento de los emitidos, y los tricolores el 60.
Vamos a decir que Rodolfo Torre Cantú se llevaría más de 700 mil sufragios, la cifra más alta de un candidato en la historia de Tamaulipas, en tanto que los azules una tercera parte.
Esto se entiende porque PRI y PAN no son los únicos que juegan, sino que hay un ”chiquitiaje” , y los que el tricolor lleva en alianza. Antes, esos partidos minoritarios tenían otros nombres, como PARM y PPS, ahora son Panal, Verde y Convergencia.
En opinión de quien escribe, el acumulado de Acción Nacional andará entre el 21 y el 25 por ciento de los sufragios válidos emitidos (debe considerarse que José Luís González Meza está convocando a que se anule el voto a favor suyo, lo cual podría ser un “dolor de cabeza” para el PAN).
Y no, definitivo que no se espera algo similar a lo que se dio en 1986 entre los principales partidos contendientes.
Aquí, Acción Nacional “brilló” con el seis por ciento de los sufragios, y el PRI con el 73, o ¿podría repetirse la historia? ¿tan jodida anda la campaña de José Julián Sacramento?.
Por cierto, de antemano, a como van las cosas, hacia el interior de los azules se pronostica que en cuanto transcurran los comicios vendrá la salida del gerente estatal, Francisco Javier Garza de Coss.
Podría ser por la vía de la “enfermedad”, o sea la renuncia, o bien una delegación dependiente directamente del CEN.
De los perredistas ni para qué hablar, su máxima votación fue en 1998 con el 15.6 por ciento y de ahí se estabilizaron en el 7-8 por ciento. Llevan ganancia con que saquen una diputación plurinominal.
Aunado a los resultados en las urnas, se supone que se van a manejar las diputaciones de chiripa. Si el PRI y sus alianzas pierden de mayoría, será el número que se le compensan de las de minoría.
Pero de antemano se sospecha que solo entrarían dos de la lista pluri y se quedaría bailando el ex Secretario General de Gobierno, Antonio Martínez Torres. Pero como decía un amigo ¿qué les cuesta hacer perder a uno para que Toño llegue a la diputación?.
Todo puede suceder, todo.
Por otra parte, mire que los candidatos del PRI siguen con sus promesas descomunales.
Allá en Matamoros, Alfonso Sánchez Garza, ya tiene “resuelto” el problema de la basura: Va a concesionar el reciclaje a particulares, con lo cual se generará energía eléctrica que permitirá un ahorro de cuatro millones de chuchos por mes. Con ese recurso, va a comprar un camión recolector por mes.
Esto quiere decir que, en el primer año, Sánchez tendrá 12 camiones nuevos.
Allá en Reynosa, como decíamos en colaboración anterior, Everardo Villarreal no se mide con la boca, y promete hasta un estadio de fútbol profesional aunado a un zoológico y tantas cosas solo alcanzables en tres años en su mente.
Antes de irnos, mire que la novedad en el medio periodístico es que el colega David Zárate Cruz trae en jaque a los dirigentes del PRD nacional: Les va embargar su edificio que, dice, tiene siete pisos.
Zárate le ganó un pleito laboral al partido en Tamaulipas, pero en la única propiedad que tenía se le adelantó otro despedido y se quedó con el inmueble.
El colega no cobrará mucho, solo poco más de 500 mil pesillos, y no, definitivo que no embargará las prerrogativas estatales de los amarillos, por lo cual Sosa Pohl y compañía pueden estar tranquilos, pues seguirán con su gasto pa´las caguamas.