Diana Chavira Martínez penas pudo reunirse con los reporteros que cubren la fuente, ahí en el cubículo que tiene el sobrenombre de “La Cueva de los Leones”.
Como dijo el diputado Ricardo Gamundi:
-La vieja llegó con los periodistas con su pastel de chocolate…
No era uno, eran dos los que decidió compartir con los hombres y mujeres de la tecla.
La legisladora perredista llegó a los 29 años, pero no, en el Congreso del Estado no se organizó el fiestón para 200 comensales y mariachi que la semana anterior se recetó el coordinador de los diputados, Felipe Garza Narváez.
-¿Se puede saber la edad?
-Dicen que una mujer que dice su edad es capaz de hacer…cualquier cosa.
-¿Una fiesta igual a la de Felipe?
-Yo quería una como de quinceañera, pero me faltaron los chambelanes.
La semana pasada el moderno edificio del Poder Legislativo se convirtió en salón de fiestas para desfogar los egos del pastor legislativo. Ahora ni la idea pasó por la mente de los inquilinos del inmueble.
Esta plenaria comenzó con más de tres horas de retraso porque Garza Narváez no se aparecía en el escenario. Sin su presencia no pueden arrancar las sesiones.
No valieron los reclamos de Francisco Cabeza de Vaca -reaparecido en el Congreso- hacia Felipe.
-A´i cuando quiera mi amigo!…Citan a las once y van a ser las dos de la tarde.
Ni así apuró Garza el arranque de la sesión. Tampoco estaba la presidenta del mes, Norma Alicia “La Corcholata” Dueñas Pérez.
Ni cuando ella quiso más antes iniciar los trabajos con su voz aguardentosa y haciéndole al chistoso:
-Ultima llamada… última!.
A las dos con 15 minutos, por fin –tres horas y cuarto después de lo programado-, Garza Narváez ordenó el inicio de la plenaria que apenas trataría dos asuntos de poca monta.
En esa larga espera los diputados tuvieron tiempo “hasta de ir a recorrer sus distritos” o hacer campaña para la siguiente chamba.
Gamundi se apersonó en La Cueva de los Leones para hacer críticas a los azules y a los amarillos.
En la sala y por todos los rincones del legislativo, parece rondar el fantasma de una cebra que el sábado anterior metió en problemas a Felipe Garza Narváez, allá en los terrenos de la Unión Ganadera (subasta del Comité de Financiamiento del PRI).
-Es tan agarrado, si no esa cebrita ya la tuviera en su rancho “Mis Tres Amores”, alcanza a decir un colega.
Pero la gran noticia para los legisladores es el regreso del diputado faltista Francisco García Cabeza de Vaca luego de casi dos meses de ausencia.
Martha Guevara de la Rosa al reynosense:
-Vaya, qué milagro diputado!.
-¿Me extrañaste?, respondió él.
Y el ex aspirante a la candidatura al gobierno del estado, sostuvo los primeros desencuentros con los reporteros de la fuente.
-Estuve en México en asuntos importantes!.
De 18 sesiones que han realizado los diputados en este periodo que comenzó el uno de febrero, Cabeza apenas se ha presentado en dos.
El plurinominal del PAN concurrió a la reunión del 26 de marzo, y no volvió hasta el miércoles dos de junio, y nadie le hace descuentos en su sueldo. No se había presentado en las últimas nueve sesiones, de ellas dos solemnes.
Y ya se van, los diputados ya se van. Saldrán de vacaciones el 15 de junio, y al frente quedará la diputación permanente. Regresarán hasta el uno de septiembre al segundo periodo del tercer año de ejercicio.
La aparición del panista fue “novedad” entre sus compañeros.
Norma Alicia Dueñas:
-¿Quién es usted? ¿Es un diputado?
-Andele!, el que se ríe se lleva.
Cabeza no ha sido el único faltista. Le sigue su compañero de partido Vicente Verástegui Ostos, y luego los del tricolor.
En esas 18 reuniones del primer periodo jamás han estado “juntos” los 32 legisladores.
Esta vez faltaron: Enrique Blackmore Smer, Eugenio Zermeño, Norma Cordero, Imelda Mangín Torre, Jesús Tapia Fernández y Miguel Ortega González.
Y esas son las inasistencias “con aviso”, porque sin aviso llegan a faltar hasta diez, aunque jamás hay un descuento en su dieta.
Así por ejemplo, el 23 de abril inasistieron siete representantes populares, y seis el 28 de marzo.
Esto es aparte de los retardos. Como muestra, el diez de marzo, llegaron tarde nueve diputados.
El mismo dirigente congresional, Felipe Garza, pasa lista de asistencia y se ausenta del recinto.
En general el Congreso avanza a paso de tortuga en cuanto al trabajo parlamentario.
Hasta hoy los diputados aprobaron iniciativa de punto de acuerdo presentada el diez de septiembre del 2008 por la fracción panista, para pedirle a la Dirección General del Transporte y los transportistas, que “incorporen gradualmente” unidades para discapacitados, como lo señala la Ley.
Algo tan sencillo duró un año nueve meses en la “congeladora”.
Una sesión más de apatía de los legisladores y la conducción del Congreso. Da la impresión que asisten “de favor”.