Este domingo el consejo estatal tricolor designará como su candidato a la gubernatura al doctor Rodolfo Torre Cantú, con lo cual se va cumpliendo el ritual de cada seis años, aunque ahora un poco anticipado por aquello de la nueva legislación electoral.
Es candidato de unidad; no hay quien le dispute la candidatura, como ocurrió hace seis años, cuando Oscar Luebbert llegó hasta el final del proceso para tratar de arrebatarle la bandera a Eugenio Hernández Flores.
Ahora no se dieron fisuras de ninguna especie, como sucedió en aquel lejano 1998 cuando –antes de tiempo inclusive- Antonio Martínez Torres pensó que no se daría consulta a la base, se fue y trató de postularse sin éxito por el PRD.
Toño pedía que el tricolor se abriera (seguramente le habían dicho que no estaría en el juego), que los ciudadanos fueran a votar por el hombre de sus preferencias, y no dijo más, se fue, aunque sin renunciar a las filas tricolores.
Pero se fue antes de tiempo; no alcanzó a ser candidato interno del proceso en que Tomás Yarrington resultó ganador, aquel 24 de mayo del 1998.
Pero ese es otro asunto y ahora estamos hablando del 2010 en que el “amarrado” es el médico Torre Cantú.
Después de la declaratoria interna, habrá un compás de espera que señala el Código Estatal Electoral, en que no deberá hacerse proselitismo, ni se permite por radio y televisión.
Si la aclamación del candidato será el 14 de marzo, la campaña electoral deberá arrancar después del cinco de mayo, que bien podría ser el siete u ocho, en cuanto el IETAM apruebe la candidatura.
En alrededor de 50 días, el galeno tendrá el tiempo suficiente para meditar e integrar su comité de campaña, si es que lo hay, o bien trabajará con la estructura del directivo estatal del PRI (aunque la cosa no parece que así sea).
Durante las últimas campañas, los aspirantes al gobierno han trabajado con la estructura del comité estatal, porque es ahí donde se supone tienen la mayor experiencia en temas tan delicados como lo electoral.
En este tenor, los colaboradores del doctor tendrían que adherirse al CDE en las respectivas carteras. Por ejemplo José Azpeitia González, a la de prensa, y así sucesivamente en lo electoral, organización, gestión, programas de trabajo y asuntos de las mujeres.
Por lo general el comité alterno se integra cuando el candidato tiene problemas con el Gobernador saliente, como ocurrió con Enrique Cárdenas González y luego Emilio Martínez Manautou. Pero aquí no es el caso.
Se supone que, dentro de dos meses y medio, el comité de campaña o de colaboradores del doctor estarán listos para la gran final, una batalla que está ganada de antemano pero que no deben confiarse.
Así, habrá quien coordine el delicado asunto de la promoción del voto, que es una tarea extenuante para cubrir todos los rincones de la entidad.
También se necesitan coordinadores de asuntos electorales, lo que entraña los representantes de casilla y candidato, que ya debe tener listos el CDE.
Y bueno, ya veremos que ocurre. Tiempo para meditar habrá de sobra, para elaborar las mejores estrategias y obtener la gente que las realizará.
Se sabe que hay demasiados que quieren ir a la campaña, solo que no todos saben a qué van, no saben desempeñar las funciones que se requieren.
Otro punto que se irá resolviendo, es que, luego de las elecciones del cuatro de julio, aquellos que quieren entrar al gobierno deberán aguantarse casi seis meses para que salgan los nombramientos.
La función del nuevo gobierno comenzará el uno de enero del 2011 y, al personal de ingreso, si bien les va, empezarán a recibir su primer sueldo allá por mediados de febrero.
Seguramente el médico se sentará con los elementos de su plena confianza a analizar los resultados de la precampaña, para saber quién trabajó bien y quien falló.
Además, luego de la elección, el médico tendrá los casi seis meses para meditar sobre la integración de su gabinete de colaboradores como Gobernador (claro, en caso de que gane la elección, sino, pues no, como dijo el filósofo de Guemes).
En tema aparte, mire que hacia el interior del PAN victorense habrá otra oportunidad para que las hordas de sus militantes (el PRD tiene tribus) se den hasta con la cubeta.
Y es que pidió licencia una regidora que ya estaba supliendo, por lo que la autoridad tendrá que echar mano de otros suplentes.
La señora Mirna Sámano Quiroga, quinta regidora, era la suplente de Mauricio Guerra, quien se fue a comienzos de la administración.
Luego entonces, la señora presidenta del CDM de Acción Nacional, Lina Santillán Reyes, como suplente de la primera regiduría, ya se lame los bigotes de que a ella le toca aterrizar en la nómina.
Pero mire que la propuesta no solo es ella sino que van Francisca Gámez Espinosa y María Hilda Méndez Lara, quienes podrían acceder al hueso por ser también suplentes.
El Congreso del Estado decidirá quien de las azules (porque son puras damas) aterriza en la nómina por algunos meses, porque lo más probable es que la regidora que pidió licencia, Sámano Quiroga, regrese por los cheques en unos días, cuando le digan que no será diputada plurinominal.
Buena bronca para tratar en la sesión del cabildo del martes próximo a las nueve de la mañana en el antiguo Asilo Vicentino.
Antes de irnos, mire que el jefe de salud estatal, Guillermo Manzur Arzola, pone en alerta a los ciudadanos sobre el mal que provoca el uso de una sustancia llamada sibutramina, que presuntamente sirve para reducir de peso. Produce graves daños a la salud.
Y el precandidato del PRI a la alcaldía victorense, Miguel González Salum, ahora se reunió con los jóvenes del FJR que le patentizaron su apoyo para hacerlo candidato en la asamblea del 21 de marzo.
Nos vamos.