En los últimos días Tamaulipas -y este jueves ciudad Victoria en particular-, ha sido objeto de rumores sobre presuntos enfrentamientos a balazos entre maleantes y fuerzas de seguridad, o entre maleantes entre sí.
“Se ha generado psicosis que no tiene ningún fundamento”, dijo el Gobernador Eugenio Hernández Flores al desmentir que se pudieran haber registrado ese tipo de incidentes.
Analizado en términos de manejo de opinión, el rumor es algo que va de boca en boca pero que no tiene una fuente fija, es decir, nadie lo confirma.
Se convierte en “noticia” cuando los medios de comunicación lo toman y lo emiten aunque con la referencia de “se dice”, “se comenta”, o cualquier otro término parecido.
El rumor viaja a una velocidad endemoniada y por lo general –a “casi siempre” hay que quitarle el “casi- es destructivo.
Desde principios de semana la rumorología se concentró en la zona fronteriza, y el jueves hizo crisis en El Corazón de Tamaulipas.
“Le pedimos a la población que esté tranquila”, dijo Geño, y anunció que ya solicitó al gobierno federal que regresen las fuerzas de seguridad que hasta diciembre se mantenían acantonadas en la región fronteriza.
Después del mediodía se hablaba entre jóvenes y viejos de balaceras por la calle 17, que por la Ocho, el boulevard y muchos otros lugares, pero nadie afirmaba haber presenciado los acontecimientos.
También que los negocios de la calle Hidalgo mantenían cerradas sus puertas; que las escuelas suspendieron labores, y en fin, situaciones que parecen alejadas de la realidad.
Hay interés en expandir esos rumores, como aceptó Eugenio, pero ¿quién tiene interés? ¿acaso los partidos políticos? ¿los sectores delincuenciales?.
Tal vez algunos grupos de Ciudad Universitaria suspendieron labores, pero fue porque la mayor parte de los profesores asistían al informa del rector José Ma. Leal, pero nada extraordinario.
Y qué bueno que las autoridades salgan al paso de tantas versiones destructivas porque los rumores pueden causar mucho daño, más del que aparentemente se piensa.
Cambiando de canal, y aclarado que nada es cierto de los supuestos hechos de violencia, digamos que los dirigentes nacionales del PAN comenzaron a darle una revisada a las planillas que se registraron por los 43 ayuntamientos tamaulipecos.
En colaboración anterior, ya decíamos que los alcaldes de Gómez Farías y Llera pretenden heredar la chamba a sus esposas.
Pues bien, ahora le dimos una “checadita” a las que se presentaron en Victoria, y mire que nos dio bastante vergüenza, más que a los propios protagonistas.
Hicieron caso a la “invitación” de su dirigencia nacional tres individuos interesados en ser alcaldes.
Respectivamente son: Ricardo Rosales Villavicencio, Juan Cantú Hinojosa y Jorge Angel Camargo.
¿Y en dónde está la vergúenza ajena camarada? Pues nada menos que los dos primeros incluyeron a sus conyugues y otros familiares, en la planilla que encabezan.
Sí, mire usted, el señor Cantú lleva como tercer regidor a su mujer Irma Trejo Mendoza.
Pero no “llenó” con eso, y también registró a su hijo Juan Pablo Cantú Trejo como suplente de su esposa.
Claro que no hay Ley que lo prohíba, pero suena a inmoralidad y los propios líderes del PAN tendrán que poner orden.
Lo que al parecer sí está prohibido, es que los funcionarios del CDE figuren en las planillas, si es que no renunciaron un año antes a la chambita.
Y aquí tenemos que Jorge Ignacio Hernández Martínez va como décimo regidor, cuando es el jefe de prensa del directivo estatal, o sea del señor Garza de Coss.
Otro que tiene chamba en el estatal es Rodrigo Monreal Briceño, y así figura como primer síndico de Cantú Hinojosa.
De paso, ahí está Alma Edith Ramírez Izaguirre, quien es la misma que tiene cuentas pendientes por una rifa fraudulenta que hizo a nombre del PAN estatal.
Un empleado más del estatal es Modesto Maldonado Martínez, y así por el estilo.
Claro que Juan metió en la planilla a otros familiares, y así puede verse el nombre de su sobrina Miriam Concepción Cantú Manzano, hija de Pablo y hermana de Isis, quien ahora es rugidora.
En cuanto a la planilla de Ricardo Rosales, lleva a su esposa Helga Ruth Vázquez Ruiz como candidata a la primera regiduría (de tener hijos en edad ciudadana seguramente ahí estarían).
Luego se da un fenómeno de familiaritis en que interviene la dirigente del PAN en Victoria, Lina Santillán.
La mujerona metió a dos de sus hijos como aspirantes a las chambas municipales, Karín y Christopher Gerardo Bajonero Santillán, quienes juegan la tercera regiduría y la suplencia de octavo.
No conforme con tanto nepotismo, la Santillán influyó para incluir en la planilla a su nuera Zulema Yaneth Gómez Cuevas.
Pero el espacio se termina y luego le damos otra “repasadita” a las planillas aludidas, incluyendo a la de Don Jorge Angel Camargo, identificada como Del Milenio porque los 32 integrantes de la misma “suman miles de años”.
Nos vamos.