Cd. Victoria.- La música de orquesta se acabó en ciudad Victoria, lo mismo que en Tamaulipas. Se la llevó el tiempo, se la llevaron al panteón sus máximos exponentes.
En esta capital solo queda uno, Ignacio «Nacho» Zamora Miranda, quien en 1956 formó la Orquesta Victoria, desintegrada en 1992 por falta de elementos «con capacidad de leer música».
Y, aunque Nacho no ameniza bailes públicos, sigue participando en audiciones privadas y, cuando lo invitan, hace el esfuerzo y reúne los instrumentos de una orquesta para tocar en los eventos de «Una Cana al Aire» que se organizan por ahí.
No hay duda que la vida de Ignacio ha sido la música. Toca diversos instrumentos y también es arreglista, pero él, con modestia, indica que solo hace adaptaciones.
Aunque ha formado parte de los grandes, como la orquesta del maestro Claudio Rosas, de Tampico, y alternó con Pablo Beltrán Ruiz, Acerina y su Danzonera y Luis Arcaraz, Nacho vive como cualquier ciudadano ordinario en la colonia Revolución Verde de esta capital.
Es jubilado de la Banda de Música del Gobierno del Estado, donde permaneció más de 40 años.
Como pocos músicos victorenses, asistió tres años a cursos en el Instituto Nacional de Bellas Artes, de donde tiene sus diplomas.
YA NO HAY BANJOS, USADO PARA LA MUSICA NEGRA
Zamora nació el uno de febrero de 1930 en ciudad Victoria.
-Me inicié en la música como a los ocho años con mi señor padre, Gil Zamora. Tocaba la guitarra y el banjo tenor, el que ahora ya no se usa, ni lo hay.
-Como la mandolina, con cuatro cuerdas, y una especie de plato como caja.
-¿Ya no hay?
-Sí lo hay pero… Yo he intentado conseguir uno pero no lo encuentro. Solo podrían estar en pulgas de Reynosa y Mc Allen. Es para el jazz… Lo tocaban los negros y se usó mucho en los años cuarentas y cincuentas en lugar de la guitarra.
Ignacio y su padre recorrían rancherías como Santa Engracia, Hidalgo, La Cruz, entre otras, ganándose la vida.
Tiempo después estudió solfeo en el cultural «Olivia Ramírez», donde su profesor fue el maestro Benjamín S. Peña.
El solfeo, dice, es la base para que un elemento pueda leer la música y no solo tocarla por el sentido.
En 1945 ingresó a la Banda del Estado, donde el director era el profesor Salvador Morrás, y luego seguiría tocando bajo la batuta de grandes directores como Antonio Hernández Galarza y José Lacarrriere, entre otros.
“RUDY” VARELA EL MEJOR TROMPETISTA
Por la época, había en Victoria dos orquestas, una la de «Rudy» Varela, a la cual ingresó Nacho.
-Varela ha sido el mejor trompetista en Victoria. En adelante no ha habido otro.
La otra orquesta «Los Príncipes del Swig», del profesor Hernández Galarza (a la vez era director de la Banda del Estado), era la mejor de la época.
En ella participó Ignacio Zamora.
Más tarde se fue a Tampico a la orquesta del maestro Claudio Rosas, en 1953, donde a la vez regresó en otro periodo en 1955.
Tocó inicialmente el saxofón tenor y luego el saxofón baritón.
Pero el ciclón «Hilda» lo sorprendió en el puerto «y me vine a vivir a mi natal Victoria».
Fue cuando creó su propia orquesta (1956) con los siguientes miembros.
Saxofones: Juan Saldívar, Ignacio Zamora y Guadalupe Quezada.
Trompetistas: Guadalupe Pérez, Severiano Zapata, Damián Zapata, Epigmenio Rivera.
Contrabajo: Rufino Linares
Guitarra: Crisanto Hernández
Batería: Julio Zamora.
Ignacio y Julio eran sus hermanos.
Cuando fallecieron los líderes de las otras orquestas, los grupos desaparecieron.
Solo continuó Zamora hasta 1992, cuando se disolvieron.
-¿Por qué se desintegró?
-Es que no hay trompetistas…Bueno, sí los hay, pero muchos no leen la música y, los que leen, están en la banda o en el mariachi.
UN MUSICO COMPLETO
Nacho es el músico completo que toca guitarra, contrabajo de cuatro cuerdas, clarinete alto, clarinete tenor y saxofón.
En su casa tiene varios instrumentos, como guitarra eléctrica, piano, saxofones alto y bajo, batería y clarinete.
También incursionó en la radio. Los domingos a mediodía, se presentaban en la emisora XEBJ, donde el conductor y locutor era David Núñez Villasana.
De todo eso Nacho guarda fotografías que tienen anotación de la fecha y los participantes.
Entre 1979 y 1981, Zamora tomó cursos en el INBA, cuando el director era nada menos que Javier Barros Valero.
-¿Por qué desaparecieron las orquestas?
-Sí hay elementos en saxofón, en órgano y bateristas, pero los trompetistas están muy escasos y, los que hay, andan en maricahi.