Cd. Victoria.- José Julián Sacramento Garza ya es candidato del PAN a la gubernatura de Tamaulipas ¿tiene posibilidades de triunfo? ¿cuántos votos podría obtener? ¿quiénes lo van a apoyar?.
Todo indica que, a los contrincantes, a los tricolores, les vale guango si Sacramento es el aspirante azul o no. Es evidente que su candidatura nació muerta; sin un partido bien organizado, sin estructura propia ni de Acción Nacional, no se le ve posibilidad de acceder a la Esquina del Poder en ciudad victoria.
Es de suponer que no sacará más sufragios que su suegro Jorge Cárdenas González, este sí entrón, caudillo de las luchas de oposición en Tamaulipas, con madera de campeón el pelao.
Claro que el yerno, no contará con el apoyo de la inmensa mayoría de las corrientes panistas, y menos si, como se comenta, Cabeza de Vaca y sus huestes jalan para otro establo.
Ah! y el viejo zorro -Jorge- fue postulado en coalición por el PAN y PRD, lo que no lleve Pepe Julián.
Es un individuo joven, pues nació el 21 de agosto de 1956. Es el menor de tres hermanos (Luís Matías y Elsy),
Los responsables de su imagen no han dado más información sobre el joven Sacramento. Solo se menciona que hasta el próximo martes podría aparecer por Tamaulipas para sostener encuentro con la prensa, a cuyos representantes va a necesitar, y mucho.
Dicen que es agrónomo por la Universidad de Nuevo León, pero desde hace años se dedica al manejo de las concesiones de televisión de la familia Cárdenas.
Y bueno, pues ya no era noticia la designación del senador. Solo vino a confirmarse la información que se había filtrado por diversos canales desde el comité nacional y seguramente de las oficinas de José.
Hay razón para decir que Sacramento solo vendrá de turista a Tamaulipas: Ningún comité municipal del partido tiene estructura y organización electoral, y menos recursos para trabajar.
Desde ahora, según el organigrama interno, ya deben estar trabajando, ya deben tener listos a los representantes de casilla y de candidato para el día de la elección. Pero no tienen avance; la actividad está en ceros.
Solo falta que el señor Sacramento quiera ganar la gubernatura como dicen que ganó la senaduría: Que le caiga del cielo; irse a dormir y que en la madrugada le avisen que ya es Gobernador de Tamaulipas.
Pudiera ser; claro que pudiera ser si se tiene fe (el Señor que hace milagros es muy grande).
Parece que la única que va a ganar con la candidatura de Pepe es la señora Raquel Alonso, alcaldesa de Soto la Marina, quien es su suplente en el senado y tendrá oportunidad de cobrar algunas quincenas.
Claro, también ganará el regidor preferido y amigo de la señora, porque se hará cargo del negocio marsoteño.
Variando de canal, la secretaría de Salud que dirige Guillermo Mansur Arzola ya puso en alerta a los tamaulipecos sobre la presunta inyección en contra de la obesidad.
Aplicársela es grave: Produce retención de líquidos en los varones y embarazos múltiples en las damas en edad de procrear.
Así que ¡aguas! aquellos gorditos y gorditas que creen en los milagros para bajar tonelaje.
En diferente tema, hay grilla hacia el interior del Consejo de Instituciones y Ciudadanos de Victoria, del que fue presidente vitalicio el recién fallecido Enrique Benítez Garza.
Se quiere quedar con la presidencia el señor Francisco Hernández Montemayor, eterno funcionario del gobierno y un experto en tiro de escopeta por la avenida Francisco I. Madero, o sea la 17, del Corazón de Tamaulipas.
Aunque no se menciona que organismo representa, Hernández acaba de sostener una reunión en el Casino Victorense con algunos de los miembros del Consejo, a los que quiere convencer que él es el que tiene los derechos sobre la dirigencia.
Sin embargo, se dice que Pancho jamás se presentó en las sesiones de los “cívicos” cuando vivía el señor Benítez.
El preside del grupo es el abogado Eduardo Alcalá Ruiz, aunque acaba de presentar un permiso por cuatro meses para atender su candidatura a la alcaldía por el partido Convergencia ¿tendrá su asiento cuando regrese? Lo más probable es que no.
Una de las intenciones de Hernández, es que la familia Benítez los eche de las instalaciones del hotel Sierra Gorda, donde pretenden seguir sesionando.
El ingeniero Benítez Garza le dio lustre a este organismo, el que se ha distinguido en los últimos años como la institución cívica más independiente de la ciudad.
Mejor nos vamos.