Ya no es muchacho y menos alegre, y parece que la suerte lo abandona.
En septiembre del año pasado, recién renunció Alberto Cárdenas Jiménez como Secretario de la SAGARPA, el ex muchacho alegre declaró a la prensa.
-Ahora sí, se va a acabar la corrupción en Sagarpa.
Después agregó en lo privado.
-Con este nuevo secretario, ahora sí me va a ir muy bien.
Su proyecto era que lo nombrara Director en Jefe de la ASERCA.
Pero cuando a los pocos días, en octubre, el nuevo secretario Francisco Mayorga, sin recibirlo, le pidió la renuncia a través de la jefa de la comercializadora, se dedicó a inventar sueños de opio, como esa de que lo harían subsecretario.
Claro que fue desmentido y se le dijo que debería dejar la chambita, a la de ya, con fecha cuatro de octubre del 2009.
Como respuesta, se dedicó a inventar situaciones, como la de que el presidente del PAN, César Nava, le pidió que fuera su candidato al Gobierno de Tamaulipas.
Y pasó lo que tenía que pasar: El señor Nava desmintió que el ex muchacho estuviera considerado como precandidato, debido a los dos estruendosos fracasos que representaron sus anteriores postulaciones.
Aclarado el último rumor que mandó dispersar, buscó otra estrategia de negocios: Que sería candidato a la alcaldía victorense.
Pero ante el evidente rechazo de los propios militantes de su partido y la ciudadanía en general, renovó su táctica.
Siguieron las invenciones: Que se venía de delegado de la SAGARPA a Tamaulipas, y que era una decisión del Secretario Francisco Mayorga.
En realidad, a Mayorga le habría dicho que acá lo necesitaba el Gobernador, lo cual evidentemente no era cierto como se aclaró después.
La respuesta de sus ex jefes, habría sido que hiciera frente a los pliegos de responsabilidades que le habían levantado en la Función Pública y respectiva consignación ante la PGR, para que pudiera hacer entrega al nuevo coordinador.
Aclarado todo eso, y con una inspiración mañanera, se dedicó a prefabricar otra de las suyas: Que el Presidente lo iba a nombrar Secretario de Turismo, en lugar de Rodolfo Elizondo, porque este no está cumpliendo bien con la chamba, y solo sirve “de adorno”.
No pudo ser delegado de Agricultura, candidato al gobierno por el PAN, director en jefe de Aserca, ni candidato a al alcaldía victorense ¿quién le va a creer lo de titular de Turismo?.
En opinión de los conocedores, el ex muchacho se dedica a levantar cortinas de humo para que se olviden los asuntos de corrupción en Agricultura, donde fue jefe desde el uno de enero del 2007.
Allí lo reclaman para muchas explicaciones que no ha sabido dar respecto a los dineros públicos que manejaba.
En apariencia, y eso es muy grave, el señor se ha echado ya compromisos como si fuera el titular de Turismo federal, lo que seguramente jamás podrá cumplir porque es difícil que le llegue el nombramiento.
En fin, ya veremos y seguramente pronto llegará la aclaración de que “El Negro” Elizondo seguirá en la administración.
En otro tema, mire que nos escribe el maestro del periodismo, politólogo e historiador, Don Carlos F. Salinas, en el sentido de que, en nuestra colaboración del sábado seis de febrero, cometimos un error: Morelos Canseco Gómez no es bisnieto del “Generalote”, sino tataranieto.
Vamos directamente con el maestro Salinas.
-Me permito, con la debida atención, hacer de su conocimiento que Morelos Canseco Gómez, no es bisnieto del general Manuel González, sino tataranieto.
El general Manuel González tuvo dos hijos, Fernando y Manuel hijo; éste tuvo varias hijas, una de ellas Esperanza, que casó con el doctor Carlos Canseco. Procrearon a Carlos , médico, y Morelos Jaime; éste es el padre de Morelos Canseco Gómez.
Esto es, doña Esperanza era nieta, Morelos Jaime bisnieto y Morelos Canseco Gómez, tataranieto.
Durante su exilio derivado del «quinazo», Morelos Jaime (padre) escribió una crónica familiar, muy bien escrita, a la que tituló: «De la Epopeya un Gajo», editada por Grijalbo, que no es fácil conseguir; ya que está agotada.
Felicidades por las últimas publicaciones en Janambre. Saludos cordiales.
Carlos F. Salinas Domínguez.
PD.- Me gusta el sentido crítico de Janambre.
Y bueno, pues nos vamos, no sin antes agregar que el Generalote tuvo otros hijos, como el profesor Antero G. González (en San Luís Potosí).