Cd. Victoria.- Al grito de ¡Aleluya! ¡Aleluya!, el nueve de octubre del 2008, alrededor de 200 integrantes de la Alianza de Pastores Evangélicos de Tamaulipas, hicieron una marcha desde el estadio “Marte R. Gómez” hasta la alcaldía victorense para orar por Arturo Díez Gutiérrez.
Pidieron al creador “que ilumine a Arturo y lo ayude a gobernar con inteligencia”, según las notas periodísticas, y luego se dirigieron a la plaza Juárez para “estrenar” el foro en que se realizaría el Festival Tamaulipas.
Con el mismo grito de ¡Aleluya!, el 24 de noviembre del presente en la casona de Palabra de Vida, por la carretera a Matamoros, otra vez los pastores se reunieron con el alcalde para pedir a Dios que le ayude a escalar otras chambas políticas (entendiendo que es la gubernatura) de más arriba.
Y Arturo les dijo que es aleluya de siempre, que concurre cada semana a sus eventos en ese templo y seguirá al lado de ellos.
Fue un evento exclusivo al que fue invitado el presidente municipal de Victoria, para brindarle su apoyo como precandidato al gobierno del Estado (no se dice por qué partido).
Hubo prensa, pero algunos medios no lo difundieron (tal vez) por autocensura, en tanto que los voceros del ayuntamiento cabecearon antes del golpe: Hicieron defensa antes que se publicara.
Con esto quedó confirmado que Díez Gutiérrez Navarro pertenece al gremio de los aleluyos, lo cual no constituye ningún delito, tiene todo el derecho del mundo y se lo conceden las leyes.
Mas el pero está en que Díez es un aspirante al gobierno del Estado y, si se saca la lotería ¿qué es lo que va a ocurrir? ¿sería el primer Gobernador de Tamaulipas aleluyo?.
Que se sepa, alrededor del 90 por ciento de los victorenses –o tal vez más- tienen como religión la católica ¿qué pasará con ellos si Arturo llega al poder?
De acuerdo con datos del entonces Obispo Raymundo López Mateos, las gigantescas instalaciones de Palabra de Vida nacieron porque la iglesia católica no quiso divorciar a un empresario adinerado local, que quería otro matrimonio.
Y es que, como dice el padre David Martínez Reyna, los evangélicos son perniciosos y cobran el diezmo, o sea el diez por ciento de lo que ganan su partidarios, sean ricos o pobres.
También critica que la moral familiar de esos grupos ande por los suelos –como refiere específicamente de Ercel Lewis y su Amor Viviente-, pues se da el caso que se arrogan derecho a tener varias esposas, o mujeres ¿es lo que podremos tener los tamaulipecos si es que aquel se saca la lotería?.
Quien sabe, pero es tema de reflexión porque del otro lado están los católicos apostólicos y romanos y, desde siempre, han sido factor importante en los procesos eleccionarios.
Se dice que, siempre que el PAN y los conservadores ganan una gubernatura o una presidencia municipal, es porque fueron apoyados por el clero.
Pero también hoy, como se da el caso de Jaumave, fue la Alianza de Pastores la que ganó la alcaldía para Ricardo Quintanilla Leal, un individuo tan loco que dice que ganó por obra y gracia de Dios.
Pero no solo eso, sino que menciona a quien lo quiera escuchar que será Gobernador de Tamaulipas, porque soñó que un enviado del cielo le decía que deber estar en palacio como jefe.
Al de la pluma se le hace que habría que delimitar bien los dos órdenes: El político y el religioso, o habrá bronca en el ejido.
Pudiera ser la primera vez que un aleluyo ocupe la gubernatura, eso puede suceder.
Hasta antes de Enrique Cárdenas González, ningún Caballero de Colón había sido Gobernador, sino puros militantes masones, los chivos prietos.
Como se dice: Siempre hay una primera vez, y podría ocurrir, pero, pero las autoridades electorales o quien sea, deberían delimitar bien lo que está ocurriendo.
Hasta la fecha habíamos tenido puros alcaldes católicos, pero como políticos, y con fundamento en la Constitución y las Leyes, jamás habían metido la chamba con sus creencias ¿qué le pasará a Díez?.
Hubo un Gobernador que, a la muerte de su madre, siendo católico, no quiso asistir a la misa de cuerpo presente por no violar la Ley.
Cuando Américo Villarreal era Gobernador, también falleció su madrecita, y él sí, siendo todo un liberal, concurrió a la ceremonia en catedral.
En fin, ojalá que, si Arturo se saca la lotería sexenal, los tamaulipecos no seamos obligados a asistir a esas ceremonias de evangélicos en que se permite la poligamia.
Esto, en el sentido de conservar las instituciones y la célula social, que es la familia, porque, por lo demás, ¡no hay a quien le dan pan que llore! y bienvenidas las mujeres que sean necesarias.
Mejor nos vamos.
¡Aleluya¡ Aleluya!.
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