El estilo de informar al pueblo de sus obras y acciones, por parte de los gobernantes, cambia con los tiempos y las circunstancias.
Allá cuando el Presidente era Carlos Salinas de Gortari, se trató de imponer “la moda” de que el informe fuera entregado al poder legislativo, y desapareciera el llamado “Día del Presidente”, o “Día del Gobernador”, en caso de los estados.
El tamaulipeco Américo Villarreal no quiso acabar su sexenio desprovisto del respectivo “baño de pueblo”, y fue a rendir su informe, partiendo a pié desde Palacio de Gobierno hasta el centro cívico, donde se toparía con la interpelación de la legisladora Luisa Alvarez Cervantes.
En adelante empezó el cambio de protocolo –en interpretación de la Constitución –, y Cavazos Lerma no solo no concurría sino que mandaba su informe con su secretario Jaime Rodríguez Inurrigarro.
Tomás Yarrington regresó a la ortodoxia y organizó los tradicionales eventos y el ceremonial, de tal forma que dos eventos tuvieron lugar en el teatro “Amalia González”, tres en el centro cívico, y uno en el teatro Metropolitano de Tampico.
En el 2003 tuvo un arranque de quién sabe que grandeza, y decidió informar en el puerto jaibo, con el consiguiente costo millonario para las arcas públicas de todos los rincones de Tamaulipas.
Tal vez recordó los días de locura de poder de Enrique Cárdenas González, quien traía al legislativo “a salto de mata” por distintos rumbos, informando ya en Madero, Valle Hermoso, o Hidalgo.
A tantas incongruencias llegó Enrique que, en una ocasión, con fecha 20 de octubre de 1975, llevó al Congreso a Tampico con motivo de la muerte del diputado federal (ni siquera era local) Jesús Elías Piña.
En otra, el 26 de abril de 1980, Enrique hizo sesionar al Congreso en los estacionamintos de Palacio de Gobierno para recibir al Presidente López Portillo.
A su llegada, Eugenio Hernández Flores seleccionó su estilo -siempre cumpliendo con la Ley- y decidió que el informe tendría que ser entregado a los legisladores y que ellos hagan el análisis respectivo.
No cometió la falta cívica de enviar el paquee con su secretario Toño Martínez, como lo habría hecho Cavazos Lerma.
Personalmente y en persona, Geño se ha apersonado con los legisladores, como lo hará este domingo 29 de noviembre por quinta ocasión.
Fiel a su tradición, Eugenio concurrirá a la casa de los diputados, esa que ahora estrenan.
Dos días después habrá un evento alusivo, un mensaje dirigido al pueblo de Tamaulipas, pero luego de haber cumplido con el ordenamiento constitucional.
Geño no ha despreciado al poder legislativo; se ha presentado en el recinto de los diputados para informar y, de paso, ha enviado a sus secretarios para que aclaren dudas cuando las tienen los diputados.
Se recuerda que, en el tercer informe, al evento asistió el Secretario de Gobernación, Francisco Ramírez Acuña, con la representación presidencial.
Y mire que los presidentes de la República, han introducido ahora la entrega del informe, con los cual se evitan “interpelaciones”, o sea interrupciones a su mensaje por parte de diputados de oposición.
En realidad solo se trata de ganar espacios mediáticos, como ciertamente los ganó en aquella ocasión Luisa Alvarez Cervantes cuando interrumpió al Gobernador Villarreal Guerra.
En esta ocasión se dice que no habrá nada de eso, de interrupciones por parte de diputados ajenos al PRI, como los azules, que querían la “contestación” (una contestación que en realidad no existe).
En síntesis: Lo que se llamaba el Día del Gobernador ya desapareció, desde hace años.
Se acabaron los tiempos en que el gobierno del estado “agarraba” todos los hoteles de la capital para atender a sus invitados de todos los rumbos del país.
Prensa del gobierno también tomaba cientos de habitaciones para periodistas venidos de todo el estado y el DF, a quienes se pagaba hospedaje, comida y bebida a discreción, de tal forma que muchos ni siquiera asistían al evento del día siguiente.
Atender al representante del Presidente era otro cuento de nunca acabar ¿para que enviaba el Presidente un representante? ¿pues no que los estados gozan de autonomía? ¿pues no que son autónomos?.
Que tiempos aquellos señor Don Simón!, como dice la voz popular. Pero afortunadamente eso ha quedado atrás, lo mismo que los dispendios.
Ahora hay más austeridad, el gobernante tiene los pies sobre la tierra
Mejor nos vamos.