En este Día de Muertos, no todos los tamaulipecos fallecidos recibieron el tradicional recuerdo con una ofrenda floral o una veladora.
Gilberto Quintanilla de la Fuente, responsable del panteón del Cero Morelos, señala que miles de tumbas permanecen abandonadas por los familiares, y en muchas hasta desaparecieron las referencias o epitafios.
Manifiesta que hay cuando menos once mil 500 tumbas, algunas con muchos años, abandonadas, como las de la familia Lavín-Escandón, ubicadas del lado norponiente del panteón.
Indica que al parecer los huesos fueron desenterrados y enviados a España, de donde eran originarios los miembros del tronco familiar.
Pero estos Escandón, nada tenían que ver con el colonizador de Tamaulipas, Don José de Escandón y Helguera, quien tuvo hijos, pero no nietos.
En el Cero Morelos destaca la desatención y el olvido por parte de las autoridades de cultura, para con la tumba que perteneció a Don Guadalupe Mainero Juárez, quien falleció en 1901.
Así como fue destruida, profanada en horas de la madrugada en 1999, así permanece la lápida.
Al lado de la misma, la tumba de Doña Aminta Blanco de Mainero, su esposa, quien falleció el 13 de agosto de 1962.
Y solitaria aparece la placa alusiva al fusilamiento del general Alberto Carrera Torres en una de las paredes del Cero Morelos.
-Paredón de fusilamiento Prof. y General Alberto Carrera Torres, condenado a la pena de muerte. Me voy con la conciencia tranquila porque tengo la fe de que soy inocente, 16 de febrero de 1917.
De acuerdo con Andrés Avila Carrera, sobrino, los familiares directos de Alberto ya fallecieron.
Su madre adoptiva, Doña Juana, en 1942 en San Luís Potosí, y Francisco y Fausto en 1961 también en aquella ciudad.
De igual forma, por primera vez en diez años, en su rotonda exclusiva, los Hombres Ilustres de Tamaulipas no recibieron ni un recuerdo, ni un ramo de flores con motivo del Día de Muertos.
“Con todo y sus defectos, Mier y Terán mandaba un homenaje cada año; hacían altar de muertos y presentaban ofrendas”, señala una fuente del Instituto Tamaulipeco para la Cultura y las Artes.
La situación cambió con la llegada de Guillermo Arredondo Olvera, quien no ha programado ningún evento alusivo y, en lugar de recordar el fallecimiento, quiere rendir homenaje en el natalicio de cada personaje.
Los restos de seis Tamaulipecos Ilustres pareciera que fueron sustraídos de su inhumación original para mandarlos al olvido.
Sus gavetas ahí están, abandonadas desde el 29 de enero de 1999, cuando en la clandestinidad se instalaron los huesos de dos de las más grandes figuras de nuestra entidad: Pedro J. Méndez y Alberto Carrera Torres.
De los siete espacios, uno permanece desocupado: El asignado a José Bernardo Gutiérrez de Lara, Primer Gobernador de Tamaulipas, porque los enviados del INAHT, encabezados por Alejandro Mandujano, “no pudieron traerlos”, manifiesta la fuente.
Las otras gavetas pertenecen a: Amalia González Caballero, Servando Canales Molano, Estefanía Castañeda y Guadalupe Mainero.
Aunque se trata de rendir homenaje a tamaulipecos, dos placas contienen los nombres de dos españoles: Fray Andrés de Olmos y José de Escandón y Helguera.
En su obra “Un Lugar Para Olvidados”, el desaparecido maestro e historiador Raúl García García señala que hay decenas de personas que resaltaron en el arte, las letras y la política que permanecen sin un reconocimiento oficial.
En primer lugar señalaba la figura más destacada del siglo anterior, Don Emilio Portes Gil, ex Presidente de México, y al revolucionario Luís Caballero Vargas, que ni siquiera han sido mencionados para su entronización en la Rotonda de los Tamaulipecos Ilustres.