Cd. Victoria.- Unos dicen que ya es su modus operandi, el que le ha dado muy buenos resultados en los últimos 12 años, y seguramente le seguirá fructificando.
Con el paso de los años se ha vuelto calculador, de sangre fría para los negocios de beneficio personal en la política; con serenidad innata, no le tiembla la mano para dar un golpe trapero.
Oscar Luebbert Gutiérrez, hoy alcalde de Reynosa, se ha especializado en “vender caro su amor” de lealtades hacia el partido que lo formó y lo apoyó sin condiciones en las múltiples chambas que ha explotado –junto con su esposa- a lo largo de los últimos 30 años.
Se afirma que ese mercenario del “amor político” escamoteó su presencia en la explanada del PRI (20 de enero), en apoyo de Rodolfo Torre Cantú, precisamente para seguir negociando su futuro, personal o de María Esther Camargo Félix, su esposa.
Y seguramente tienen razón quienes así lo afirman, porque los antecedentes también lo confirman.
La “maña” de autoencandilarse cada sexenio rumbo a la candidatura al gobierno, no le ha fallado al menos en las dos últimas administraciones. Y seguramente no le fallará en el siguiente y los que siguen.
Hay apuestas a que él, o Camargo Félix, estarán con chambita nueva a partir del uno de enero del 2011 en el palacio del 15 y 16 Hidalgo y Juárez, en ciudad Victoria.
Lleva dos al hilo y no le han fallado. No le puede fallar la tercera, cuando ya obligó a los jerarcas del tricolor a presentarse en su madriguera reynosense.
O impone alcalde, diputados, o el y su mujer estrenan nómina en el siguiente gobierno.
En 1998 Luebbert probó las mieles de jugar la candidatura interna tricolor, y no solo alcanzó sino que hasta le chorreó.
El dato dice que, en la interna tricolor efectuada el 24 de mayo de ese año, Oscar se llevó pinchurrientos 35 mil 300 sufragios, que fueron insignificantes para los que alcanzó Marco Antonio Bernal, y que sumaron 107 mil.
Claro que nada tenía que hacer frente a Tomás Yarrington Ruvalcaba, quien sumó 181 mil votos tricolores a su favor y se llevó la candidatura.
Al comenzar el gobierno también comenzó a chorrear la miel: Oscar fue nombrado titular de la poderosa Secretaría de Desarrollo Social, a la cual se fusionaron los sectores salud y educación.
De ahí brincó, con el mismo apoyo de Yarrington, a la candidatura al Senado de la República en el año 2000.
La presidencial (efecto Fox) fue una amarga derrota para el tricolor, pero inexplicablemente él y Laura Alicia Garza sacaron su pase a la nómina.
En el 2004, vender caro su amor también le trajo buenos beneficios.
Se apuntó en la lista de aspirantes y, cuando vio minadas sus esperanzas, cual vil mercenario, comenzó una serie interminable de agresiones que le rindieron buenos frutos.
Llegó hasta sus últimas consecuencias, la convención estatal del PRI, efectuada precisamente el 26 de junio de ese año.
Durante la jornada interna, se recuerdan petardos de grueso calibre que lanzó en san Fernando y Tula, durante los foros internos tricolores.
Acusaba al Gobernador Yarrington de manejar una elección de estado; que a sus partidarios comerciantes, les estaban cerrando sus negocios (¿quiénes?), que su gente no tenía ni transporte para moverse, porque era coptado por sus contrincantes.
En no pocas ocasiones, Oscar Santiago amenazó “con irse” con el candidato del PRD al gobierno, Alvaro Garza Cantú.
El resultado en la convención: De 19 distritos, apenas ganó uno, el de Reynosa (que seguramente le dejaron sus contrincantes).
Pero la vieja historia funcionó: El uno de enero del 2005, su esposa Camargo Félix fue nombrada jefa del ITEA en Tamaulipas, mientras él regresaba a la ciudad de México a terminar la chambita en el senado.
Y en el 2007, cuando en apariencia el tiempo había borrado los daños que hizo, otra vez pidió la chamba de alcalde de Reynosa, y se le concedió.
Por eso hoy, no cabe duda que, por tercera ocasión, Luebbert Gutiérrez sabe su cuento y tal vez hasta ya puso sus condiciones respecto a las diputaciones y la alcaldía de allá mismo.
No se descarte que Camargo (originaria del estado de Sonora) llegue a ocupar un escaño en el Congreso Local).
Frío en las negociaciones personales, ya fue dos veces alcalde, diputado federal, presidente del PRI estatal, gerente de la Comapa de Reynosa y otras yerbas menores.
Cambiando de canal, pero no de tema, mire que hoy jueves, el aspirante a ser precandidato del PRI al gobierno de Tamaulipas, Rodolfo Torre Cantú, continuará en San Fernando su programa de giras por los municipios “medianos”, previo a su registro ante la Comisión de Procesos Internos, el sábado 30.
Sostendrá una reunión privada a las diez de la mañana con los sectores y organizaciones del tricolor de allá, para pedirles su apoyo rumbo al registro.
Por cierto, comienza a definirse que en cuestión de giras, irán a la campaña con Rodolfo elementos como Tinajero, Alejandro Martínez y Félix Orozco, quienes tienen amplia experiencia en el ramo.
Tinajero ha estado al lado del médico en la coordinación de giras en los últimos años; Orozco lo fue cuando el galeno era el jefe del DIF Victoria, y su experiencia se remonta a varias campañas, como las de Laura Alicia Garza, Enrique Cáfrdenas (diputados federales) y varias jornadas locales.
Mejor nos vamos por ahora.