DESPUES DE 15 AÑOS LE AGARRO SABOR AL CALDO
No lo niega. Sin pena alguna lo repite una, dos y hasta tres veces, tal vez como una hazaña personal y de su grupo.
-Que pasen las compañeras que tienen 15 años conmigo…Es que luego dicen que yo y que yo.
Son las palabras de Blanca Guadalupe Valles Rodríguez al rendir su informe número 15 como dirigente de la burocracia estatal (SUTSPET).
Su comentario despierta el sarcasmo, la sonrisita burlona. Pero no para ella, sino para los expoliados que a lo largo de ese ciclo no se han podido desprender del yugo opresor.
Y se burla hacia ellos cuando dice que ha trabajado “sin regatear desvelos y sacrificios”.
Salón Premier lleno de incondicionales, mujeres sobre todo que hacen la “porra oficial”. Son del sector salud; muchas ayer mismo recibieron su basificación.
Mantas y frases elaboradas y pagadas con los mismos recursos del sindicato. Es evidente su procedencia.
Su “porfiriato” ya dura 15 años consecutivos: Una elección y cuatro reelecciones, y está pensando en una quinta para perpetuarse por 21 años.
Liderazgo que pareciera negocio privado, sin rendirle cuentas a nadie y sin pagar impuestos, como lo dicen en voz baja algunos sindicalizados que son cabeza de grupo.
Pero no tienen la suficiente fuerza, o la “palanca” para desterrar la opresión. Los que lo han intentado lo perdieron todo, como Rosendo Gatica, quien allá por el año dos mil se atrevió a desafiarla y hoy está en la calle: Perdió su plaza y hasta su antigüedad.
Tres años después, a los posibles contrincantes, Leticia Uresti Mata y Alfonso González Segura, los cercó y aniquiló antes de que pudieran presentar una candidatura.
Fueron el último rescoldo de oposición que La Doña ha enfrentado.
-Su organización se funda en la represión y la arbitrariedad, diría Gatica, quien hoy, varios años después, sigue sufriendo las consecuencias de enfrentársele.
Sencillo: Los burócratas se encuentran indefensos, inermes ante la embestida caciquil y, el único recurso de que disponen es el Tribunal de Arbitraje, el que nunca tampoco les ha dado la razón.
LLEVA CUATRO REELECCIONES
La porra le avienta flores, se desgañita y agradece por los “beneficios” recibidos quien sabe hace cuántos años.
Y es que lleva tres periodos de tres años y dos de cuatro. En el 2002 modificó los estatutos a su gusto, como ella lo merecía, hasta la eternidad si es posible y por sobre las bases y los fundadores del gremio que pusieron el ejemplo con la cordura.
-¿Qué opina de las reelecciones?
Y Salvador Uribe Muñoz, fundador del sindicato, ex Secretario General, no lo medita mucho, tiene la respuesta en los labios.
-No acepté esa situación. Durante mi gestión no hubo reformas a eso, pienso que tiene que haber una renovación, siempre darle oportunidad a nuevos elementos. Si a mi me hubiera interesado, yo hubiera propiciado las reformas, pero no fue así.
Ella sí lo hizo, y hoy, ahí están para darle gusto, el secretario de Administración, Alejandro Jiménez Riestra, y el jefe de Recursos Humanos, Juan Cruz Villarreal, entre otros.
El 29 de septiembre del 2004, la entrevistó el periodista Antonio Arratia Tirado.
-Escuchamos dos adjetivos, una especie de advertencia: Ten cuidado porque es muy cabrona, es muy chingona… ¿Blanca Valles es más cabrona que chingona o a la inversa?
-Están mezclados, yo creo que esto se mezcla ¿no?
Sus huestes borreguiles le han permitido incursionar en la política, politica: Síndica en el periodo 1996-98 y diputada local en el 1999-2001.
Ahora quiere ser presidenta municipal de Victoria, pero ya, le urge.
El año pasado se hizo un autoreconocimiento especial por haber cumplido los primeros 35 años al servicio del gobierno de Tamaulipas.
Pero da la causalidad que no trabaja desde hace más de 15 años.
COBRA CON TRES BASES
Con una base sindical agachona y “delegados” incondicionales, ella, “Doña Porfiria”, recibe cuando menos 400 mil pesos mensuales del Gobierno del Estado, de las cuotas “voluntarias” de alrededor de once mil burócratas de la administración estatal y organismos descentralizados.
-Todavía va para largo mientras estos pendejos no despierten, -dice un viejo trabajador de Desarrollo Económico.
Hay gente, muchos agremiados que no están de acuerdo con las reelecciones pero no se atreven a manifestarlo por temor a represalias.
Entre ellos no se comprende la actitud porfiriana de La Doña, su insistencia en permanecer al frente del gremio, si fue ella la que se opuso férreamente a la reelección de una de sus antecesoras, Nélida Camacho de Ensignia.
Fue un proceso en que la misma Valles acepta que derramó lágrimas de impotencia.
-¿Pensó ser dirigente de la burocracia?, se le preguntó en sus primeras reelecciones.
-En aquellos años no.
-¿Qué sintió la vez que no llegó a la secretaría general? ¿lloró?
-Sentí impotencia y sí, lloré.
En sus orígenes una persona modesta, de escasos recursos. Provenía del municipio de Villagrán, y llegó a ciudad Victoria a cursar sus estudios en la academia Ignacio Manuel Altamirano, donde egresó como taquimecanógrafa.
De inmediato, a los 16 años, se incorporó como auxiliar del Departamento de Contabilidad en la Secretaría de Finanzas.
Aquellas privaciones quedaron atrás. Hoy, la información pública del gobierno del estado dice que La Doña cobra con tres plazas bastnte bien remuneradas.
La primera es su base original que le ha dado ascenso a Contralor Administrativo en la Secretaría de Administración, con un nivel 15, o sea, un ingreso de casi 12 mil pesos mensuales.
Las otras dos son en la Secretaría de Educación al servicio del nivel básico, con un ingreso de 46 mil 815 pesos mensuales, cada una.
Después de la academia siguió estudiando hasta culminar normal superior, y sus bases estarían en las secundarias Tres y Seis de ciudad Victoria.
CON EL SUDOR DE LA BUROCRACIA
Hoy aquí, todo preparado, de lujo. Para el segundo informe del quinto periodo, Blanca mandó equipar el salón con el último alarido de la moda, pantallas y altavoces.
Ya no quiere leer en papel; esta vez lo hizo en telepronter, como lo hacen el Presidente, los gobernadores, los funcionarios de primer nivel.
Aunque asistieron delegados de todo el estado, para avalar, para legitimar a su manera, de los originales, de los ex líderes, nadie concurrió, porque no se les invita: Como Salvador Uribe, Pedro Gatica Estrada, Pascual Martínez, Nelly Camacho, Francisco Balboa, José de Jesús Ceceño Ceceno.
Todo se hace con la piel y el sudor de los burócratas.
A cada uno se le descuenta el 1.5 por ciento de su ingreso, más los 20 pesos mensuales “por defunciones”, y cuotas extras cada que a ella se le ocurre.
Para eso aprobó a su manera en noviembre del 2002 los nuevos estatutos del gremio. Allí, y desde más antes, desapareció los fondos sociales que habrían creado algunos delegados.
Fue la segunda modificación, porque la primera, de 1997, no le había cuadrado del todo.
Blanca Guadalupe Valles Rodríguez nació el 12 de diciembre de 1956 en Villagrán.
Ella y Nelly Camacho, quien tuvo una reelección, aculan 21 años al frente de la dirigencia gremial. Más de la mitad de los 41 años desde que el Gobernador Balboa aprobó el Estatuto Orgánico.
Y “su gente”, los alrededor de 50 comisionados del gobierno, ya piensan en la sexta reelección. Después de 15 años, parece que le han agarrado sabor al caldo.
estamos mas que fritos… sin mas palabras… un saludote!